miércoles, septiembre 23, 2009

Cartas 223

Aquella frase que dice, “Desde el fondo sin principio hasta la consumación sin fin” que yo he usado algunas veces, se refiere a lo eterno. Pongámoslo más al alcance de nuestra edad, iniciáticamente hablando. Digámoslo así, para entendernos mejor: “desde el fondo de esta Octava de manifestación hasta su Séptimo Nivel"

Con esto tenemos para un rato, es decir para toda una vida. Lo demás llegará a su tiempo. Pues en esta Vida, para estar vivos, lo primero que detectamos son corpúsculos de energía que se mueven en torno a un Sol, hacia algo que después nos enteramos que era un Sol, como fuente de energía. Fuimos detectando la energía y generamos una forma vegetal que seguía buscando la energía en nuevas formas pero, además, comenzamos a valorar nuestros avances en diferentes especies, que después nos enteramos que eran formas diversas de energía que desembocaron en formas más complejas hasta que se convirtieron en Instintos de conservación animal. Así fuimos identificando que esa misma búsqueda, a fuerza de repetición nos daba resultados similares y obtuvimos la razón, nacimos a la etapa que nos dio, para bien o para mal, la condición de Seres Humanos.

Ya como Seres Humanos, seguimos luchando por conseguir energía, disputando con otros Seres Humanos hasta que nos dimos cuenta que la energía era uno de los valores por los que habíamos luchado, pero no el único. Tendríamos, por los menos, hasta cierto punto, los valores de la materia, de la energía y de la mente que, unificados dentro del mismo Ser podrían ayudarnos a ser más y mejores. Entonces nació la idea de inventar que un Ser nos podría ayudar para agruparlo todo en una misma dirección, nos nació la idea de Dios, omnipotente y omnisciente, que nos resolviera todo y nos dedicamos a darle fuerza; inventamos un nuevo problema: luchar por Dios.

¿Que nos falta ahora? Iniciarnos, sin volver a lo que ya hemos trascendido. En eso andamos ahora, repitiendo, para comenzar, todo lo que no nos ha dado resultado. Iniciarnos en un Ser que se encuentra dentro de nosotros mismos, que es el que une lo material, lo valorativo y lo mental dentro de un propósito único, para abrirnos a la posibilidad de ser universales –uno y múltiples– sentir, valorar y razonarlo todo como propio.

No será nada fácil, pero alguien tiene que comenzar. Por lo pronto tenemos las Líneas en el pensamiento y los hechos de unos pocos hombres que lo intentaron, un Budha, un Cristo, un Quetzalcóatl, un Viracocha, un Tunupa y algunos más. Por eso cuando el Sublime Maestre de la Ferriere nos dijo que seguir a Estrada no es seguir a un Hombre, es seguir una Línea, la Línea de los que lo intentaron, su lenguaje nos habla de algo conocido. Habla de quienes lo intentaron, no de algo que lograron, para eso hay que tener algo en común con ellos, por lo menos una Línea a seguir. Budha fue el más significativo. Deben haberlo seguido otros, pero no los conocemos en el occidente de nuestro mundo. A Cristo lo recordamos por los enormes esfuerzos de sus discípulos para darnos una Fe, dentro de una religión ya formada por los seguidores de Moisés. A Quetzalcóatl, Viracocha y a Tunupa nos llegó su leyenda después del descubrimiento de América. Lo que descubrimos en todos fue su enorme capacidad de Ser, pese a todo, y les llamamos Iniciados Reales. Entonces, cuando el Maestre nos recuerda que siguieron una Línea de conducta que enfatizaba su Ser y nos abría la posibilidad para entrar en una nueva dimensión, sin excluir a nadie, nos pareció conocida y la sentimos nuestra.

Ese es todo. El misterio de seguir a Estrada, un Hombre de nuestros tiempos, sin ninguna sofisticación, que nos habla de las cosas que nos son comunes y además, con razonamientos sencillos de la estructura del Universo, de las octavas de manifestación que nos dan referencias de las diferencias estructurales sin meternos en misterios truculentos y sin mermar en nada la equidad gloriosa de un Universo que sentimos dentro de nosotros mismos. Sobre todo, porque nos da motivos para confiar en todos, cada uno con su capacidad de Ser por su conciencia.
Lo importante es que nos permite dar un ejemplo con nuestra conciencia, abierta para el que quiere verla y para que la juzgue bien o mal, según su capacidad de ver, y de seguir avanzando en busca de mejores experiencias que será la que hable por nosotros. Inclusive, nos habla de estar finamente preparados para no pelear; con pleno control de nuestras energías, de la mente y del espíritu de Universalidad Espiritual, de acuerdo con la práctica del Shao Lin Tsu Kempo, en la parte inicial de nuestra preparación Iniciática por medio de las Artes Marciales. Dar un ejemplo, sin imponerlo a nadie, ya habla de seguir una Línea, sobre todo si tiene antecedentes nobles. No de aprovechar las debilidades ajenas, sino de mostrar nuevas opciones sin perder nada de lo que ya se ha conseguido. Solo así podemos ser un ejemplo de salud y de conciencia, dos de las premisas que como Iniciados Reales hemos adoptado.

En adelante razonarlo todo para integrarlo a un plan consciente que nos dé la oportunidad de serlo todo para sentirlo nuestro, para sentirnos responsables de todo lo que es nuestro, tanto equivocado como acertado, sin excluir a nadie, pero sí obligados a dar un ejemplo honesto de las cosas que pueden hacerse mejor y seguir adelante, comprendiendo que los que no nos comprenden están ensayando algunas de las formas en que pueden hacerse las cosas diferentes.
Por eso el Maestro Estrada nos dio una verdadera lección cuando llamó a uno de sus discípulos “Mi muy amado Discípulo” en una carta donde éste vertía basura en contra de su Maestro, ni se inmutó por los comentarios de sus condiscípulos que más adelante lo echaron fuera de su Templo. En fin, seguir a Estrada no es seguir a un Hombre, es seguir una Línea y tener un Linaje donde figuran los grandes entre los grandes.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

Descargar versión word (doc) de este documento.
Descargar versión acrobat reader (pdf) de este documento.

No hay comentarios.: