miércoles, septiembre 23, 2009

Cartas 222

La primera condición es la materia. Si hay materia hay energía. Si hay energía está presente la mente. Lo que mantiene unidos estos tres conceptos es el Ser, y es válido por encima de los tres, como resumen de los tres, pero no ajeno a ninguno de ellos.

Esto quiere decir que podemos usar la materia en sí misma, pero si carece de energía está muerta. Sólo está viva cuando sus corpúsculos se mantienen girando en torno a un Sol. Si la materia está viva se dirige hacia algo que llamamos un Sol porque es éste la fuente de toda la energía. La vida en sí es sensible al traslado de un estado hacia otro. Pero esto, a su vez, tiene las leyes de Causa-Efecto, que obedecen a un plan mental, donde las mismas causas repetidas en condiciones similares, producen los efectos que logra el Ser. Pero el Ser en sí, lo siente, lo valora, lo racionaliza y está presente en todo –Insisto en la gran incógnita del Uno y Diverso, el Universo– pero acentuando que en el Ser está todo en forma de unidad.

Este fenómeno no nos es ajeno: somos materia viva, nos dirigimos hacia un Sol a través de leyes de Causa-Efecto y tenemos unidad dentro de nuestra diversidad. Somos uno y múltiples. Esto está en la base de la Iniciación Real, como la llamamos en principio, pero vamos hacia lo Sagrado, entendiendo de antemano a lo Sagrado, en nuestra condición humana, como lo que desconocemos, por lo pronto. Una vez que lo conocemos pasamos a lo que llamamos el Sol de la siguiente Octava, del cual es inútil hablar por ahora aún cuando algunos Maestros lo insinúan.
Por lo pronto nuestra condición es experimentar, saber, para formar una conciencia que sirva como eje a nuestra unidad, y que esté abierta a nuevas experiencias sujetas a lo que ya conocemos, que no niegue nada, pero que observe qué es lo que responde a lo que sabemos y lo enriquezca con nuevas experiencias. Insistir solamente en lo que ya sabemos, es el Sendero de la Fe, esperando que algo nos salve de nuestra condición, válido desde luego para la Fe.

Iniciarse es ensayarse, probar de un modo y de otro hasta encontrar lo que podemos asimilar para crecer, y una vez crecidos, seguir abiertos a nuevas experiencias que no niegan las anteriores, sino que las mejoran. Y así, avanzar indefinidamente, atentos a todo lo que nos pueda aportar algo, pero cuidadosos de no engañarnos con nuevas facetas de lo ya transcendido.

Por ejemplo, nosotros tomamos como base la enseñanza de un Maestro, el Sublime Maestre de la Ferriere, y vemos que dentro de las muchas respuestas que se dan a sus enseñanzas, las más ajustadas a ellas son del Maestro Don José Manuel Estrada, sin que esto quiera decir que las de sus demás discípulos sean equivocadas, por lo contrario, cumplen su misión y son verdaderas fuentes de sabiduría para quienes toman caminos que son válidos para ellos. Exploramos su contenido, porque fue lo primero que nos dijo su Primer Discípulo, y nos satisface. Esta es una verdadera actitud Iniciática, aceptar lo que nos satisface y nos hace más abiertos a una realidad que vivimos en constante Iniciación, en constante comienzo. Aceptar las corrientes que otros aceptan sería volver al camino de la Fe, lo cual, dicho sea de paso, no nos garantiza nada a nosotros, pero es muy legítimo para quienes se encuentran en él.

Así que dejemos que los seguidores del Maestre de la Ferriere lo sigan de otro modo, ya dijimos que lo que nos Inicia a nosotros sería redundante para otros. No caigamos en los misterios que nos aseguran que mientras con más elementos contemos más razón tendremos. Sería irracional. Mientras menos seamos, más avance iremos teniendo, por lo menos en la fase de desarrollo donde estamos. Quizás, una vez que culminemos este ciclo, y comencemos a repetir lo mismo sea el tiempo de cambiar. Por lo pronto, debemos respetar lo que piensan otros si comprendemos que les es necesario explorar las enseñanzas de su Maestro. Tampoco nos ilusionemos creyendo que nuestra manera es la mejor, basta con que nos sirva a nosotros. Las enseñanzas de un Maestre son tan amplias que hay lugar para todos.

Nos queda mucho por explorar y entender las enseñanzas de nuestro Maestre, no solamente en el campo de lo Trascendental, sino en lo que estamos viviendo como individuos. Observemos cómo viven los Getuls que viven de modo diferente éstas mismas enseñanzas, porque en el eterno devenir de las cosas, han cambiado. Si hay que enseñarles, hagámoslo por los conductos establecidos, no de cualquier modo y con las experiencias adquiridas en nuestro paso por su Grado. Lo mismo con los Gap Pas y los Gelong. De lo Gurús hay poco de qué hablar, a menos que hayamos probado sus fuentes. De los Sat Chellah ya dijimos que ellos pueden hacer mucho sin hacerse notar. De los Sat Arhat hay menos de qué hablar.

En el campo de lo familiar, de los fenómenos sociales que día a día se están renovando para adaptarse a los grandes cambios de la época del Saber, observémoslos, pues se supone que ya los conocemos. Si acaso con un poco de ejemplos no impuestos, sobre la marcha es suficiente. Hay mucho en la actual evolución de las conciencias que nos puede servir a nosotros, siempre que no caigamos en hacer prevalecer nuestros avances sobre el proceso. Las relaciones de familia, por ejemplo, los hijos y los padres; las relaciones de pareja; los Políticos, el Clero, los Capitalistas, los comunistas, en fin, hay que estar informados y actuar de la mejor manera, imparcial y respetuosa.

Nuestra labor de reeducación es inmensa, pero perfectamente factible si nos atenemos a los tiempos que corren. Las comunicaciones, las fuentes de información, a las que recurrimos, todo va cambiando, dentro del mismo plan general. Démosles el ejemplo con nuestra actitud frente a la vida, serena y de confianza. No hace falta más.

Lo más fácil es hacer sectas y luego tratar de imponerlas. Es una tentación muy humana que estamos obligados a trascender si aspiramos a la Iniciación Real.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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