miércoles, septiembre 23, 2009

Cartas 221

En términos de Tiempo-Espacio el Ser Humano es algo muy reciente en este mundo. Es la continuación de un proceso muy anterior que se encuentra en la base de nuestra naturaleza. Está apenas en construcción y ha llegado a la mitad de su proceso, el Espiritual, que es la suma de todo el proceso y la base de la mitad que sigue, en esta Octava de su manifestación.

A veces, a la Luz de la razón, parecen irrisorios sus avances, pues es un proceso eterno. Pero al juzgarlo así se necesita verlo en conjunto, como resultado de la suma de toda su condición, vista desde donde nos encontramos. Los resultados son sorprendentes.

El Ser Humano es Espiral, se repite en cada octava, pero en cada octava avanza. Por ejemplo, en esta octava donde nos encontramos, tenemos ya una base de elementos, llamémoslos químicos, que giran en torno a la Luz, a un Sol, que es la fuente principal de la Luz. Por eso hablamos de siete dimensiones Solares y estamos en la cuarta que es la del Espíritu, la central de siete, donde se resolverá la “X” –la Gran incógnita del Universo, dice el Sublime Maestre, el Ser – como centro de las cuatro anteriores y el principio de las dos superiores. En esto se ven claramente reflejados los tres grados preparatorios de la Iniciación Real, el Getuls, el Gag Pa y el Gelong, como preámbulo al de Gurú, con sus pruebas que parecen un poco anacrónicas de ir por el mundo sin dinero, sin derecho a pedir nada y en completa abstención sexual, principalmente, con el objeto, entre otros, de probar si el Ser es el que lo gobierna todo.

Pues bien, necesitamos una disciplina que regule nuestras sensaciones, porque nuestra naturaleza se mueve entre dos polos, el que estamos llamando de la Luz y su contraparte, la Oscuridad, hablando en sentido metafórico, pues necesitamos un nuevo aprendizaje sin olvidar lo que ya hemos conquistado para obrar en sentido horizontal y enriquecer nuestras sensaciones con nuevos elementos que nos han de llevar a la correcta valoración de lo que hemos aprendido. Esta disciplina, para los tiempos que corren, es la del Yoga que nos ayuda a tener una conciencia sensorial de sí mismos.

Alcanzado este nivel, por lo menos en forma incipiente, tendemos a buscar la Luz. Por eso los vegetales buscan las fuentes de la Luz, sienten los efectos de la Luz que están buscando y comparan, buscan su razón de ser y ensayan que ciertas causas repetidas en forma similar producen los mismos efectos en un nuevo campo, el de las causas y los efectos, comenzando por asociar multitud de efectos menores que son consecuencia de su búsqueda de la Luz en la etapa de elementos químicos, lo cual los lleva a descubrir sus instintos cuando llegan al plano de lo animal con su facultad de reproducción asociado con las semillas. Aquí es donde aparece el Ser Humano quien hace de la razón su principal fuente de exploración de la realidad desde el tercer plano, el Mental.

Para comenzar, en este plano, se agudizan sus Instintos, comenzando por los sexuales que lo llevan a depender de su madre en la primera etapa y después a aparearse para reproducirse. Por lo general esta es la etapa donde se encuentran los Seres Humanos actuales, magnificando con sus razonamientos el apareamiento con el nombre de amor, pero anhelando algo que los hará superar su etapa instintiva, sin perder sus verdaderos valores en una fusión de sus dos polos, hasta encontrar su Ser, aunque después recupere su capacidad de polarización para cumplir la misión a que lo llama su experiencia, en relación con los demás Seres Humanos y en especial por su compañera en esta etapa de su vida.

Todo el esfuerzo tiene su propio polo de desarrollo en la consciencia de lo experimentado y lo vivido, la cual da el móvil para nuevas experiencias que hacen crecer al individuo, positiva o negativamente. Si es positivo su crecimiento se siente satisfecho y busca más experiencias, si es negativa es una regresión al pasado, de todos modos indispensable para explorar más a fondo la horizontalidad de su vida. Todas estas posibilidades están presentes en la realidad del Iniciado, sin coartarles el derecho de ser único y sin desligarlo a la vez de todos los demás, puesto que da y recibe influencias hasta realizarse totalmente y ser uno con todos.

Esto es difícil de comprender, por lo menos hasta que se comprende que todo es uno y es diverso, que todo participa de lo universal y que tiene que realizarlo por cuenta propia. O sea, que cada Ser necesita experimentarlo todo y mantener su sentido de la unidad dentro de la diversidad que vive, sin olvidar que necesita de todos para poder realizarse, sin hacer presiones excesivas, respetando el Sendero Individual de todos y sin pedirle nada a cambio. Es la etapa de Sat Chellah donde comienza a influir en todo sin participar a voluntad en nada.

Lo que sigue se da solo.

Lo que pasa es que necesitamos explorarlo todo siguiendo la Línea trazada por los más adelantados que en ocasiones nos parecen contradictorios debido a nuestro temperamento individual al cual le parece que es la única manera de seguir la Vía. Pero es la única posibilidad para nosotros, seguir a nuestro Ser hasta reconciliarlo con todos los Seres que, a fin de cuentas, es Uno Sólo.

Este es el camino de los Iniciados, que no es el único, pero en ciertas ocasiones resulta favorecido por circunstancias que todavía escapan a nuestra consciencia, como este Vía del Acuarius significada por el Saber, siguiendo ciclos cósmicos, después de haber pasado por el Ser el Creer, hasta llegar al Saber para Usar el Saber y Callar lo que se descubra.
Todos los Caminos convergen hacia el mismo punto, pero hay que vivir el suyo para poder contar con todos los demás.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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