lunes, agosto 03, 2009

Cartas 215

Estas Cartas no tienen otra finalidad que ir dando una reseña del largo camino hacia la Espiritualidad, según yo lo he recorrido. Parto de la idea de no seguir a un hombre, sino una Línea, la Línea de los Budhas, los Crhistos, los Quetzalcóatls, los Tunupas, los Wuiracochas, etc., según le dijo el MSMA al Hermano Mayor. Me ha dado buenos resultados y por eso los comparto.

Ahora que el pleno del Muy Honorable Cuerpo Colegiado me ha hecho el favor de reiterarme en la posición de Superior de la Orden me pregunto ¿Superior en qué? En nada. ¿En que he recorrido más camino? Ni más ni menos que el mismo camino que tenemos que recorrer todos y todas. ¿En algún atributo especial? En nada que potencialmente no tengamos todos. Simplemente es que tienen esperanzas de que yo no los esté engañando. ¿Y no los estaré engañando con falsas esperanzas? No lo sé. Les doy todo lo que tengo, lo mismo puede darles cualquiera.

Ahora, yo se que sigo una línea y que los que van delante de mí me indican que es por ahí por donde debo de ir. Desde luego, vienen otros detrás de mí que lo harán mejor y eso sólo prueba que nuestro proceso Humano va mejorando, porque sus posibilidades son muchas más de las que alcanzo a ver y todos salimos ganando.

Se dice que si lo bueno fuera fácil cualquiera lo haría, pero es la dificultad, producto de muchas otras posibles combinaciones, las que nos dan la seguridad de que estamos en lo cierto. El Todo está en todo, y si es así, todos tenemos razón y hay que respetar esa razón por aparentemente equivocada que esté, considerando que es la mejor razón que tiene el que nos la ofrece. Ahora que, por otra parte, se dice como es arriba así es abajo, lo más seguro es que sea para ayudarnos, pero si es abajo como hacia arriba lo más probable es que sea para frenarnos. Este es un caso para la conciencia ¿de quién? la nuestra, no la eliminemos, aunque nos caiga mal. ¿Y cómo saber si nos dice algo cierto? Consultando a los de arriba, siempre que ese arriba no esté condicionado a nuestros caprichos, que sea de fiar; ese arriba, para los Iniciados de este siglo, está en la figura del Sublime Maestre relacionada con la de su Primer Discípulo, el Hermano Mayor.

Todos los pueblos, de algún modo, tienen su propio modo de decir sus cosas y de plantear la Línea que siguen. Una de esas Líneas, es la de los Soles, que es la de Quetzalcóatl. Sucede que el Primer Sol es el de tierra, el de la sensación, de las combinaciones de elementos químicos que detectamos en nuestro derredor, de las combinaciones que interactúan buscando nuevas formas de organización. Algo que nos hace sentir nuestra existencia dentro de un conjunto de fuerzas vivas que buscan su resolución en una energía que nos hace comprender que debemos buscar algo hacia arriba en una escala de evolución y da las facultades de Ser seres en busca de un nuevo Sol y nos mueve a crecer en forma de vegetales. En esa forma llega el momento en que ya no podemos crecer, aún apoyándonos sobre los minerales; el Sol de Agua no da para más.

Pero la búsqueda no cesa y entonces sabemos que necesitamos movernos para valorar mejor las cosas. Volvemos a comenzar de nuevo desde las profundidades del mar, salimos de él y comenzamos reptar, a volar y hacer migraciones, siempre en relación con el sol. Nuestros instintos tratan de reafirmarse luchando con otras especies, lo mismo que hacíamos cuando solamente éramos vegetales y competíamos para alcanzar mejor la luz del Sol hasta que algunas de nuestras especies comenzaron a alcanzar las posibilidades del Sol de Viento que envuelve y revuelve a todas las especies y las hace comprender que en circunstancias parecidas, un pensamiento da los mismos resultados, piensa, y a fuerza de pensar avanza hacia otros pensamientos que se apoyan hacia pensamientos similares y adquiere la capacidad de razonar. Naturalmente, la capacidad de valoración crea un puente que sintetiza a los tres soles y los magnifica en un Sol Espiritual sin tomar en cuenta al desarrollo de la consciencia gradual que surge por el paso de los tres soles y se da el caso de la fe sin conciencia, basada solamente en la valoración sin razonamiento. De todos modos, el Sol del Espíritu es la máxima Consciencia que pertenece ya al Ser Humano. El Ser Humano es el único que presiente un Ser Supremo y lo confirma como referencia a un sólo Ser en todos los seres, sean de elementos químicos, vegetales, animales y Humanos, como el gran Misterio de la Unidad en la Diversidad.

Y eso no es todo. Si todo es Uno, el Sol de Tierra, el Sol de Agua y el Sol de viento, configuran el Sol del Espíritu, los cuatro, que para los Iniciados es la Gran Incógnita del Universo, todo en Uno y el Uno en todo. O sea que llega el momento en que aflora en la conciencia del individuo, el Quinto Sol en forma espontánea. El gran Sol de Tierra, el Sol de Agua, el Sol del Viento y el Sol del Espíritu están presentes en mí, en lo que palpo, veo, oigo, saboreo, huelo, y también en todos los demás, cada quien con el estado de Consciencia que haya logrado alcanzar. El todo es uno y el uno es todo, y cada quien ocupa su lugar por abajo y por encima de cada individuo.

Eso es lo que conduce al Sexto Sol, al Cósmico, y a la frase de los Yoghis AUM TAT SAT yo soy tú mismo, yo te veo en todas partes, yo te siento en todos lados… Hay un Séptimo Sol indescriptible por ahora, con el cual terminamos esta, nuestra cadena planetaria, para comenzar en otro nivel.

Por lo pronto, aquí y ahora, en nuestro tiempo y en nuestro espacio, felicito a todos mis Hermanos del Muy Honorable Cuerpo Colegiado. Se han mostrado muy comprensivos conmigo, pese a que esta vez no les pude ayudar. Lo han hecho lo mejor de lo mejor que se podía hacer y eso nos augura que lo seguirán haciendo todavía más elevado. Con eso nos beneficiamos todos. Gracias.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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