Cada día que se vive tiene sus propias características y su propia tónica cósmica. Por ejemplo, estamos comenzando a vivir bajo el Signo de Acuarius que se significa por el Saber, por la cons-ciencia, lo cual no significa que ya lo sepamos todo. Lo que nos falta por conocer es incalculable, por lo menos hasta lo Humano. Somos el resultado de una consciencia que comenzó en esta Octava de Manifestación en lo mineral, por los elementos químicos. De ahí fuimos evolucionando a través de múltiples formas vegetales y diversas etapas animales hasta llegar a lo Humano. Ahora, ya en lo Humano, pasamos de uno y otro de los varios niveles hasta alcanzar su trascendencia, para descubrir que antes de seguir adelante tendremos que entregar lo que sabemos al proceso Humano para superarnos sin desligarnos de él.
Ya dentro del proceso Humano primero intuimos porqué tenemos la necesidad de una Fraternidad para poder compartir nuestras experiencias, no sólo por instinto sino por conveniencia. Después descubrimos que nuestras participación en esas experiencias tiene que llevarnos hacia lo Universal, hacia la unidad dentro de su diversidad, para irnos acercando a lo Sagrado, hacia la Unidad Pura, que resume toda esta incalculable gama de experiencias en la culminación de esta Octava de manifestación que nos abre la posibilidad de adquirir nuevas experiencias en una Octava Superior, por ahora incalculable.
Esto nos permite comprender el sentido de la Vida como resultado de un cúmulo de experiencias que nos permiten realizar que la Vida es Una, a pesar de sus diversas manifestaciones para aspirar a lo Sagrado, que es Sagrado mientras no lo conocemos, porque nos abre a una gama de posibilidades impredecibles.
Esto pretende decirnos que hay tener cuidado en no confundir las variadas características de una Fraternidad con las fuerzas que atañen a una Jerarquía, entregada a regular las vicisitudes de la Fraternidad, totalmente entregada a ella sin pedir nada a cambio, y sin hacer presiones para entronizar en ellas fuerzas que son legítimas dentro del funcionamiento de la política, de un sindicato o de un grupo dedicado a aumentar su poder. El deseo de organizar a la Fraternidad bajo la responsabilidad de una Jerarquía es una necesidad del Alma Humana y de su consciencia.
Para llegar a sentir deseos de participar en una Fraternidad Humana se necesita una preparación que no excluye a las que se tengan, sino que las enriquece. La Jerarquía es un reconocimiento interno del orden que rige a la Vida, donde la falta de conciencia siente la necesidad de supeditarse a la guía de los de mayor experiencia, cosa que no llega hasta la mayoría de edad. Un niño sabe en su interior que necesita hasta cierto punto de las directrices de los mayores para tener acceso a las experiencias que le faltan y una vez que las consigue sabe que debe de entregarlas a los que son menores que él. Se necesita de la ayuda de los Colegios de Iniciación Real para darse cuenta que otras ya han pasado por la experiencias que le faltan a él.
No se deben forzar estas experiencias para los curiosos o a los espíritus jóvenes. Hay que tener suficiente paciencia para darse cuenta de que ellos se van acercando poco a poco a las Escuelas de Yamines y luego a las de Medio Gegnián y Gegnián. Si encuentran algo que les haga falta hacen notar su necesidad de alcanzar el Grado Getuls que los pone ante el umbral de la Iniciación Real.
Al hablar de Iniciación Real no quiere decir que ahí se ha acabado el Sendero, sino que se está al principio de él. Esto da lugar a que los que han buscan poder o reconocimientos se signifiquen por medio de presiones, trabajos esforzados u ofrecimientos a jerarcas predispuestos a la búsqueda del poder, que no han superado sus anhelos de ser elegidos en eventos espirituales. Hay veces, sobre todo cuando se inicia una Era, en que se les da oportunidad de hacerse notar, después hay que ponerlos en su lugar.
En el Grado de Getuls se entra en el verdadero Sendero de Iniciación. Esto presupone que la observación es mayor y las pruebas son difíciles. Quien tiene motivos ajenos a la Iniciación los da a conocer. Se ampara con alguien que tenga jerarquía o da a conocer sus vicios. Se supone que su aceptación en Cámara de Primer Grado está vedada para él. Hay protestas y actos mal intencionados que sirven como filtros para seleccionar a los que deberán pasar al segundo grado, el de Gag Pa, pero el segundo grado sigue siendo un filtro aún más tupido donde se les da una palabra de pase que sirve para calcular su posición. A los que pasan, cualquiera que sea su actitud, llegan al tercer Grado.
Este Tercer Grado lleva consigo una forma de limitación entre lo Real y lo Sagrado, es un Grado de Síntesis entre lo Real y lo Sagrado. Cualquier artimaña queda en evidencia. Es un verdadero Grado de Iniciación Real.
El Grado de Gurú es para quien tiene capacidad de entrega total, sin esperar a cambio nada.
El Grado de Sat Chellah corresponde a una misión muy elevada. Digamos que es un puente entre lo Humano y lo Sagrado.
El Sat Arhat es el que ha realizado en sí mismo lo Sagrado. Es el último estadio entre lo Real y lo Sagrado.
Ante un panorama tan enfático ¿hay posibilidades de equivocaciones? Si. Tarde o temprano se advierten. Yo, por ejemplo, me he equivocado al apoyar a ciertos grados y otros grados se han equivocado conmigo. Los resultados están a la vista. No hay necesidad de publicitarlos. La condición Humana es así, pero los resultados son obvios. La Iniciación Real y Sagrada se explica por sí misma. No hay modo de modificarla y hacerla a nuestro favor. El tamaño de la Cruces es lo de menos, los actos son los que cuentan, cualesquiera que hayan sido los servicios prestados a la Iniciación.
Sat Arhat José Marcelli Noli
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sábado, febrero 28, 2009
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