jueves, diciembre 18, 2008

Cartas 183

Uno de los aspectos positivos de una crisis es que indica la necesidad de un cambio y nuestra época está saturada de crisis. Dentro de tanta crisis se perfila cada vez más fuerte la necesidad de la consciencia individual porque los sistemas más o menos masivos están fallando. Pero sucede que somos individuos, que cada uno piensa diferente y espera que alguien le resuelva sus crisis. Bueno, en la Iniciación también estamos en crisis. Queremos que nuestros métodos de desarrollo de la consciencia se resuelvan con base en la adquisición de Grados más Altos, llevados por el sistema de producción y de consumo, a pesar de que nuestro intento tiene la base común de beneficiarnos a nosotros mismos elevando la conciencia de los demás. Es decir, que estamos atrapados por nuestros propios métodos.

¿Cómo se produce la consciencia? Digamos que por la acumulación equitativa de experiencias de nuestra cuerpo físico, lo cual implica cierta dosis de conciencia moral, más razonamientos que, en conjunto, repercuten en nuestra conciencia espiritual y toman la decisión, digo, en el caso de que nuestra conciencia este centrada en un cuerpo sano. O sea que, lo primero es tener un cuerpo sano integralmente. Este es nuestro sistema, la consciencia necesita desarrollarse a partir de un cuerpo sano. De otro modo sólo desarrollaremos la conciencia unilateralmente, lo cual puede ser contraproducente.

Salud y conciencia, ese es nuestro lema. A partir de esto obtenemos resultados propios para un Iniciado. Dar y recibir, compartir, una conciencia que actúe en un grupo de individuos. Y eso requiere más que de buenos deseos. Requiere de una RedGFU, como le llamamos a nuestra Gran Fraternidad Universal, una Institución fundada por Iniciados, lo cual requiere de tiempo de preparación, primero en una institución abierta al público en general donde el objetivo principal es la salud, por medio de la alimentación, el ejercicio, los buenos hábitos y propósitos de servir a otros Seres Humanos para ayudarse a sí mismo.

Después de un tiempo, que puede durar el resto de una vida o unos pocos días, viene la preparación para la Iniciación en la Realidad y van apareciendo los Grados de Conciencia. Aquí entramos en la relatividad de los Grados. Depende de quien los reconozca y las intenciones que tenga al reconocerlos. Cuando se trata de un grupo pequeño de Iniciados Reales dedicados a una misión específicamente delimitada, resulta fácil, pero cuando se trata de formar un grupo dedicado a trabajar con toda clase de Seres Humanos resulta muy complicado, como es nuestro caso. Además priva en nuestros medios la consigna del máximo provecho con el menor esfuerzo, y de producir para consumir. Eso se ha reflejado en la obtención de Grados cada más vez más altos, comenzando por los más altos. Sin embargo, a medida que se van reflejando objetivamente los requisitos de una Nueva Iniciación para la llamada Nueva Era, se van dejando ver las necesidades que debe de atender un Iniciado Real, se van reduciendo las posibilidades de que sea un movimiento masivo para la obtención de Grados.

Desde luego, el Primer Discípulo del Maestre de la Ferriere tuvo esto en cuenta y recomendó que se establecieran primero las bases de una Gran Fraternidad Universal, aclarando de paso en qué consistía lo universal – las Fraternidades que ya estaban establecidas – y el papel de los nuevos Iniciados en la formación de Discípulos en lo Real y en lo Sagrado, pero no tuvo suficiente tiempo para evitar que algunos de sus discípulos tomaran el camino fácil que consiste en regalar los grados para darse prestigio.

Sin embargo, el proceso mismo de la Nueva Era va marcando sus pautas a seguir. En primer lugar no se trata de afirmar al individuo como en Aries, con su Yo Soy; o de darle fe, como en Piscis, para que tuviera un rumbo a seguir, sino de Saber, característica de Acuarius. Así que hay una tendencia al Saber muy caracterizada ahora, lo cual necesita ser encauzada correctamente, pues la propia tendencia hace al individuo autosuficiente y lo aísla del saber que tradicionalmente va consiguiendo la Humanidad.

Aquí es donde reaparece la figura del Maestro Tradicional, como ejemplo de lo que enseña, no simplemente la del preceptor que predica sin comprometerse, y a la cual estamos mal acostumbrados por la etapa religiosa de Piscis. Necesitamos Maestros formados con base en experiencias vividas en carne propia, de gente que sepa los alcances de lo que enseña y que esté dispuesta a sostenerlo sin corromperse. Un verdadero apostolado, en el buen sentido de esta palabra. A fin de cuentas, el primer beneficiario es el propio Maestro ya que su Maestría se revierte hacia él y lo hace ejemplar, un individuo de confianza.

Así, es largo el camino a seguir para formar a estos Maestros y es ahí donde la Iniciación en la Realidad es indispensable, como una etapa previa para la Iniciación en lo Sagrado.

Primero hay que fundar un Fraternidad Universal, sin eufemismos ni razones sentimentales que puedan desviar las verdaderas intenciones de sus candidatos, y hacer participar a todos compartiendo experiencia con base en la salud respaldada con la conciencia, lo cual es suficiente para muchos sin mayores alcances, sobre bases universales. Luego hay que observar muy atentamente a los que sí necesitan de algo más para seleccionarlos por medio de Grupos de Yamines, de aspirantes a la Sabiduría, dejándolos que se entusiasmen con esoterismos y demás fragmentos del verdadero Saber hasta ver cuáles son sus límites. Una vez que se conozcan éstos, si conviene, hay que dejarlos en la Fraternidad Universal disfrutando de la compañía de hombres verdaderamente sabios, para cuando estén preparados para intentar la Maestría.

A los que muestran necesidad con sus alcances hay que elevarlos a los Grupos de Medio Gegnián donde tendrán más medios de conocimientos y disciplinas con lo que se sentirán satisfechos. A unos pocos se le pasará al Gegnián donde comienza la preparación para el Primer Grado de Iniciación Real, en la Realidad, donde los contrastes les permitirán un manejo experimental de la Realidad donde pueden comenzar a probar su Maestría durante todo el tiempo que sea necesaria. Por eso se ha dicho que toda la Humanidad tiene que alcanzar su Iniciación en la Realidad del Primer Grado en la Nueva Era.

A los que sobrepasen esta etapa inicial serán admitidos en segundo Grado, el de Gag Pa, donde se espera actos más acordes con la Maestría y serán los propios Gelong, el tercer Grado, quienes los propongan para ser ascendidos, previa la aceptación de los Gurús y la venia de los Sat Chellah. La de los propios Gurús y Sat Chellah solo será acordada por los Sat Arhat, en cónclave, con la venía de toda la Jerarquía y los elementos heterogéneos que se van formando dentro del sistema con tendencia al poder de decidir cuáles a su entender deben de tener Grados mayores.

Como puede verse es largo el camino a recorrer y conviene ir dando pautas para la obtención de Grados.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

Descargar version word (doc) de este documento.
Descargar version acrobat reader (pdf) de este documento.

viernes, diciembre 12, 2008

Cartas 182

Hasta donde nuestra Conciencia llega, estamos rodeados de infinitos. Hacia lo grande, hacia lo pequeño, a los lados, en fin, nuestro problema es encontrar nuestro centro, el de nuestro momento histórico, social, económico, sin adelantarnos demasiado o apocarnos. Porque sucede que todos está cambiando en todo momento. Eso nos hace ser Seres Espirituales, a diferencia de los seres minerales, vegetales o animales. Ellos cumplen las leyes que regulan su centro automáticamente, cada vez más cerca de nosotros, los humanos. Por eso tratamos de superarlo. Ya sabemos, de antemano que todo está viviendo, y que la vida se alimenta de la vida, no de la muerte.

Nos sentimos más cerca de los animales que de los vegetales o de los seres minerales. Después de todo, aunque todo vibra y se mueve, con características de seres vivientes, sabemos que nuestra estructura básica, la que nos mantiene en el plano humano es material. Damos por hecho que los elementos materiales son parte nuestra y los usamos a discreción, como el aire, el agua, el fuego, un poco menos; y la materia, según sean nuestras necesidades de renovación material. Por eso tenemos instintos, que son producto de necesidades prácticamente materiales, aunque controladas en los mejores casos por nuestros sentimientos, razones y hechos espirituales, que también los tenemos. Pero para estar de acuerdo con nuestras necesidades espirituales, preferimos no involucrarnos con los sacrificios de animales. Nos volvemos vegetarianos.

Nuestro centro espiritual es material, por polarización de fuerzas, y está también relacionado con la energía y es mental. Sin embargo es también espiritual, pues es el centro de nuestro Ser Espiritual, de nuestra materia, energía y mente. Por eso podemos movernos hacia cualquiera de los centros que constituyen nuestro Ser, que están en todas partes y en ninguna en especial. Típicamente nos definimos como Seres Espirituales.

Convencionalmente somos el centro de todo lo posible, ya que avanzamos hacia lo cósmico, o total, y lo divino, por lo menos en esta octava de manifestación, lo cual no afecta que seguimos una trayectoria espiritual, espiral, que avanza sobre sí misma y por eso está en el centro de la vida y de la muerte. ¿Y nuestra conciencia, la nuestra, dónde queda? En el centro. Claro que inventamos la trasmigración de las almas y otros asuntos relacionados con las almas, pero la verdad es que se integra a la conciencia universal. La vida y la muerte son como saltos al vacío, ¿vacío de qué? si todo está lleno, de materia, de energía, de mente, y así sucesivamente, hasta lo divino, por ahora, de acuerdo con la Ley de las octavas universales, para volver a comenzar espiritualmente. El misterio que ese salto al vacío supone lo dejamos en manos de las religiones, o sea de pasar a Dios un problema que es nuestro.

La conclusión de todo es esto es que la vida y la muerte son eternas.

Así que nuestra situación es crítica: estamos en el centro de los infinitos de arriba y de abajo, y de la derecha y de la izquierda, según los veamos; y nuestra Vida tiene que buscar sus propios límites debido al panorama cambiante de todos los elementos que forman la vida. Su centro natural es nuestra conciencia y la conciencia es el centro de todas nuestras experiencias, que abarcan todos los mundos posibles. Parece que todo está sujeto a los alcances de la conciencia, pero la conciencia está sujeta a presiones de todo tipo, inclusive la de no morir. Entonces tenemos que llenar el enorme vacío de lo que le falta a nuestra conciencia, con personajes y situaciones que son inventados de acuerdo con nuestras circunstancias.

En eso andamos cuando se nos ocurre la Iniciación, el comienzo de un nuevo intento fundamentado en la conciencia. Si la conciencia es nuestro centro, elevarlo es nuestra intención, sin que queramos decir con esto que lo queda por debajo de nuestra conciencia quede olvidado. Precisamente, la elevación de la conciencia ensancha nuestro mundo. Lo que necesitamos, entre múltiples posibilidades es encontrar un modelo de Iniciado, por lo menos en la realidad y, si es posible en lo sagrado. Y los hay, ciertamente, más de los pudiéramos pensar. Lo que pasa es que son modelos espirituales a medias. Y eso no nos sirve como modelo.

En primer lugar, este modelo que buscamos debe de ser congruente en sus disciplinas y en todo aquello que supuestamente nos va a Iniciar. Decir una teoría sin demostrarla en forma viviente cualquiera puede hacerlo y está en su derecho si la presenta como una posibilidad, no como un hecho. Sin embargo está dicho que cuando el Discípulo está preparado aparece el Maestro. Así que no hay prisa.

Lo más probable es que el Discípulo no se dé cuenta que esta frente a su Maestro. Así fue mi caso:

¿Cómo sabía usted que yo era su Maestro? – Preguntó el Maestro Estrada
No Maestro; yo nunca lo he estado buscando. Lo que yo busco es un hombre que le llamo el hombre feliz, feliz porque sabe quién es; pero nunca lo encontré
Bueno, yo busqué a ese hombre y un día lo encontré, el Doctor Serge Raynaud de la Ferriere
Bueno, pues ahora somos dos. ¿Usted me va a decir quién soy yo?
Yo no se lo puedo decir, pero le enseñaré el camino para saberlo

Este es mi caso entre muchos diferentes, pero lo que sí es cierto es que el posible Maestro le pedirá en primer lugar que abandone sus vicios, y la señal de que usted está preparado está en que se los quitará de inmediato. Así, a medida que la relación avance, le irá pidiendo que abandone sus apegos hasta liberarlo de ellos, lo cual, en la mayoría de los casos, no es una cuestión tan simple. Pero el Maestro no muestra prisa. El que muestra prisa es el Discípulo. El Maestro sabe que tiene muchas vidas para conseguir que su Discípulo se decida, pero el Discípulo sabe que solamente tiene una oportunidad.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

Descargar version word (doc) de este documento.
Descargar version acrobat reader (pdf) de este documento.

martes, diciembre 09, 2008

Cartas 181

Si todo lo que se piensa es cierto, por contradictorio que nos parezca, encontrar el punto donde todo es uno, comienza por negarse a sí mismo. Todo es Uno, yo soy Uno, desde un punto sin contradicción que resume todo en la propia conciencia. Esto parece imposible, y lo es, para una conciencia que comprende las cosas por complemento, pero hay un punto en que cesa la dualidad y todo sigue siendo unidad. Así se comprende una nueva dualidad que abarca la diversidad y es apenas una condición de la unidad, que supone una nueva diversidad de la unidad aparente, sin principio y sin fin.

Vida y Muerte, Día y Noche, para comenzar, son continuas en el espacio y el tiempo, lo mismo que el Hombre y la Mujer. Todo tiene un principio en el tiempo que comienza en la unidad y se resuelve en dualidad y se presenta a nuestra conciencia como la mitad de algo que comprende la otra mitad de sí mismo. De ahí la necesidad de caracterización en diversidad.

Total, seguimos en la dualidad, por más que presintamos la unidad. En nuestro mundo tiene que ser así, complementando a cada momento con lo otro, que no es más que la mitad de uno mismo. Parece arrogante pensar de este modo, pero es la única solución para la universalidad. Claro, luego encontramos una explicación en la Ley de las Octavas Universales. Cada vez que se complementan ocho niveles de la conciencia tenemos la experiencia de que todo es Unidad, hasta que desaparece y vuelve a convertirse en dualidad, siguiendo la trayectoria del número ocho. Pero para entonces nos encontramos en un nivel más alto de la misma dualidad.

Seguimos siendo, de este modo, puntos de convergencia de dualidades que experimentan la Unidad para seguir siendo contradictorias en una Realidad más alta que volverá a resolverse en una Unidad más elevada. Esta es la Ley del de los sesenta y cuatro del Señor Budha – 8 x 8 = 64, atribuida originalmente a Fo-Hi y presente siempre en los ocho Kowas, formados cada uno por tres trigramas, Yin – Yang – Tai. Cristianamente se representan en el Padre – Madre – Hijo, el principio de la dualidad que se resuelve en una nueva Unidad, que a su vez sigue reproduciéndose en nuevas dualidades. La Ley es la misma, por más que sigamos haciendo religiones exclusivistas.

Por otra parte, tiene que ser así para evolucionar. Cada vez que resolvemos una complementación nos enfrentamos con una nueva complementación de lo mismo, pero más elevada. Y así seguimos, probando nuevas posibilidades sin agotarlas nunca, por toda la eternidad. A este proceso se le llama el conocimiento. Somos testigos de nuestro conocimiento. Y a eso le llamamos Intelecto, la tercera posibilidad de nuestra Conciencia.

Pero a la cuarta posibilidad de nuestra conciencia le llamamos Espíritu. Lo que es, lo que siempre ha sido, lo que siempre será, por encima de todas las dualidades. ¿Qué es Espíritu? sigue inquiriendo nuestro Intelecto. La suma de tres posibilidades resumidas en una. ¿Qué ES lo que ES? Ahí toma la palabra el Amor. ¿Qué es el Amor? Lo máximo. ¿Lo máximo de qué? Desde el punto de vista Femenino no hay respuesta, basta con el Amor. Desde el punto de vista Masculino la pregunta sigue en pié.

Espíritu, es Speiros, espiral, hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados. En fin, espíritu es algo que se manifiesta por atracción de fuerzas en polaridad positiva o negativa y evoluciona, o involuciona. Es Realidad Inasible. Que inclusive está en todo lugar y en ninguno en particular. La palabra religiosa por excelencia, para explicar lo inexplicable, lo más elevado es Amor.

Para el polo Masculino es lo que Es, que a su vez se significa por una nueva posibilidad, la Quinta Posibilidad de nuestra Conciencia, Quinta Esencia, Quinto Sol, etc. Ser Uno, o el centro de todo lo posible. ¿Arrogancia…?

Luego, en orden numeral, sigue la sexta posibilidad – dos triángulos entrelazados. Lo Cósmico, lo de arriba y lo de abajo, para no dejar nada por fuera, lo cual da lugar al Grado de Sat Arhat, uniendo lo de arriba con lo de abajo, en Uno sólo. La Unidad consciente que se resuelve en el Uno, manifestado en la dualidad de nuestro mundo.

¿Y el séptimo? Cuando al Señor Jesús le preguntaron, dijo: Mi reino no es de este mundo. A donde yo voy vosotros no podéis ir, pero voy a preparar un lugar para vosotras, pues en la casa del Padre muchas moradas hay. Así que sigue siendo válida la Ley de las Octavas del Universo.

El Señor Budha dijo también lo mismo en su Sermón de Benarés. Contempló en silencio un Loto mientras la gente que iba a escucharlo se inquietaba, ya que no decía nada. Hasta que uno de los asistentes se puso de pié y dijo:

Señor, es perfecto
Tú sí has entendido – contestó el Budha.

Esto queda claro en las claves de cada grado de Iniciación Sagrada y Real, en lo Sagrado y en lo Real. Cualquier consejo con buena voluntad, por parte de cualquier Iniciado, entra en la relatividad de los opuestos complementarios. La unidad de la diversidad sigue siendo el ideal más noble del género Humano. En eso andamos aquí en la Gran Fraternidad Universal, con sus grados de conciencia, con sus trabajos en favor de los demás, en competencia por servir ¿a quién? a nosotros mismos, a través del servicio a los demás.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

Descargar version word (doc) de este documento.
Descargar version acrobat reader (pdf) de este documento.

sábado, diciembre 06, 2008

Cartas 180

La Gran Fraternidad Universal es Realidad y es Verdad, como una Institución que busca su Verdad en su Realidad, debe ser un conjunto de Seres Humanos que buscan su razón de ser originados en una misma causa que, tarde o temprano, resolverá la razón de su existir.

La Realidad está en la búsqueda de ser una institución Universal, con un origen común, manifestado en diversidad, lo cual, dicho sea de paso, es el problema principal.

Para comenzar, la institución se dividió en dos corrientes de opinión, entre su fundador y su primer Discípulo, que planteó algunos postulados de orden común, de los cuáles han surgido una serie de divisiones y subdivisiones que, supuestamente se irán multiplicando a medida que pase el tiempo.

Esto, naturalmente, era previsible desde su comienzo y no será un verdadero obstáculo para su final, siempre que no se pierda el origen básico de su razón de ser: una comunidad dedicada a investigar su razón de ser Uni-Versal. Ahora, falta encontrar la forma en que se resolverá el problema. De antemano, es un verdadero desafío a la razón de ser de una institución Uni-Versal que se presenta como dividida. No habrá soluciones fáciles, como por ejemplo: vengan todos con nosotros porque tenemos los escritos del Muy Sublime Maestre, o cualquier otra componenda.

Hay que estudiar a fondo su Realidad, de otro modo caeremos en una repetición del consabido problema de dejarlo a Dios para que lo resuelva. ¿Si somos individuos, cómo es que tenemos un origen común? Primera pregunta ara comenzar. Nacimos como individuos, salvo algunas excepciones que sirven para confirmar la regla. Como individuos crecemos y como individuos morimos. ¿Entonces de donde nos sale lo Uni-Versal? ¿Es sólo una palabra de más para darnos alguna importancia? ¿O es un anhelo imposible que sólo sirve para distinguirnos un poco de lo común y corriente?

El hecho es que somos individuos en busca de su origen común, eso es lo que la razón en su propio campo nos indica. Luego, espiritualmente, es un hecho simple, aunque no sea explicable. Espiritualmente hablando, somos aquello que está dicho: En el principio era el Verbo, el Caos, en busca de sí mismo, distinguiéndose por singularidad, o sea que del UNO nació el DOS, etcétera. Siempre es uno y siempre también, todos los números que siguen hasta el infinito, hasta llegar a ser Uni-Versales. Ese es el hecho, ahora vamos en sentido inverso, ya que todo es curvo y es continuo, para que se cumpla el misterio de la unidad (Hermes).

Vamos hacia lo Uni-Versal. Esa es la razón de nuestra Gran Fraternidad Universal. Un paso enorme, dadas las características del momento histórico que estamos viviendo. Tal vez no lo habíamos intentando antes porque no era el tiempo adecuado, por lo menos masivamente. Antes de nosotros varios lo intentaron, según tenemos noticias. Ahora con los medios masivos de comunicación, en todos sentidos, tenemos una nueva oportunidad. Es la razón profunda de nuestros empeños.

¿Con que contamos, aparte de los medios masivos de comunicación? Con el anhelo mucho más acendrado de llegar hasta el corazón de la solución. En primer lugar con medios de transporte que nos permiten ir a cualquier parte del mundo en pocas horas y enterarnos de que lo que pasa ahí no es diferente, mas que en forma histórica, pero, en el fondo es lo mismo que nos pasa a todos. Luego, los problemas de diversidad que hemos creado por nuestra cuenta, como afirmación de nuestra verdad de ser, tales como religiones, estilos de vida, costumbres que son productos de las circunstancias, de objetivos de fondo, y así por el estilo.

Naturalmente aparecemos nosotros con nuestra Gran Fraternidad Universal, para hacer el ridículo, aparentemente, con nuestras divisiones arbitrarias. Que si el SMA dijo; que su Primer Discípulo lo contradijo, y luego lo demás.

Cordura, es lo que demandan nuestros tiempos. Dejemos que cada quien haga lo que pueda, de acuerdo con los que lo superan en grado de realización. Hagamos a fondo lo nuestro. Razones nos sobran. Analicemos nuestra situación: Tenemos una Gran Fraternidad Universal, con eso nos basta y nos sobra. ¿Cómo la vamos a manejar? En primer lugar, por el simple hecho de tenerla, y eso nos da un punto de partida, la propia GFU, con todo su barullo. ¿Cómo? Nuestra GFU es nuestra Realidad y nuestra Verdad. Para Iniciarnos en ella basta simpatizar con la idea, por medio del Yoga, la Astrología, el esoterismo, la Cábala, la Alquimia, y una multitud de nombres, que le damos a nuestra ignorancia sobre la unidad de la diversidad, además de todo lo que ya sabemos.

Después aparecen cuestiones como mantenernos serenos, por cualquiera de las vías que tomemos, hace falta autodisciplina para profundizar más. Entonces aparece la palabra Iniciación.

Para Iniciarnos tenemos que aceptar algo que nos diferencie, o por lo menos tener un propósito en común, para poder compartirlo con quienes piensen parecido a nosotros. Hacen falta Maestros, alguien en quien esté reflejado ese propósito común, sea hacia abajo o hacia arriba. Si es hacia abajo nos mostrará su indisciplina, si es hacia arriba, su disciplina. No tomar licor, no fumar, no comer carne, algo que nos Inicie en algo superior, o por lo menos diferente a lo que es común.

Si persistimos estamos Iniciados en una Realidad poco común, y si nos da respuestas positivas iremos ensanchando nuestro propósito en forma cada vez más amplia y satisfactoria, a menos que hagamos del propósito común un propósito particular. Si nuestro proyecto sigue siendo el de encontrar una vía hacia la unidad de la diversidad, entonces iremos uniendo varios proyectos hasta el grado de pensar que nos hace falta Iniciarnos en la Verdad, cualquiera que sea el rumbo hacia el cual apunte nuestra Realidad.

Así pasamos de la realidad llamada Gran Fraternidad Universal por varios estadios de investigación, como Yamines, Medio Gegnián y Gegnián. Si necesitamos algo más profundo nos Iniciamos en el Getuls, ahí se define nuestra necesidad de vivir la Realidad, la cual se vive también durante las etapas que siguen que son las de Gag Pas y de Gelong. Con eso tenemos suficiente para estar saturados de Iniciación en la Realidad. Si nos hace falta algo más está la Iniciación en lo Sagrado donde experimentaremos la Iniciación que nos llevará al Gurú, al Sat Chellah y al Sat Arhat, a la Iniciación Real y Sagrada, que es la solución a nuestro proyecto institucional de ser Uni-Versales, es decir, ser conscientes de la Unidad de nuestra diversidad y de asumir la responsabilidad de vivirlo con maestría.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

Descargar version word (doc) de este documento.
Descargar version acrobat reader (pdf) de este documento.