Vamos a examinar algo aparentemente ocioso, pero definitivo para un Iniciado Real. Se trata de entender qué es la Realidad y en qué se diferencia con la Verdad.
La Realidad es algo limitado a Espacio y Tiempo. Pero hay una diferencia con la Verdad. La Verdad no tiene límites en el Espacio-Tiempo. Nosotros, como Humanos evidentemente somos Realidad, pero hay un aspecto que consideramos nuestro que no pertenece a la realidad, sino a la Verdad. Ahí es donde comienzan nuestras dificultades. Nuestro cuerpo humano ocupa un Espacio-Tiempo mesurable. Podemos decir que necesitamos un cierto Espacio y un cierto Tiempo, aunque aproximado, para vivir. Con nuestro Ser no sabemos cuándo comenzó ni cuándo terminará. Somos Realidad y somos Verdad. En cuanto a la Realidad podemos compararnos con multitud de cosas, pero como Seres tenemos que recurrir a Dios, en el sentido que no sabemos dónde comienza y donde termina, y fácilmente nos confundimos.
Nuestra Realidad pertenece al campo de la Razón y la mente, nuestro Ser se le escapa. Entonces hablamos de nuestro Ser a una persona humana y lo llamamos Yo, y la gente nos reclama por egoístas. Si le llamamos Ser la misma gente nos vuelve a reclamar pensando que ya nos sentimos Divinos. Esto es un factor de desavenencias. O somos Yo, así a secas, o somos divinos. Pero, si nos consideramos divinos tenemos que incluir a todos los demás y pierde su sentido nuestro Yo. Si convencionalmente nos incluimos en el Ser nosotros, alguna gente se siente agredida.
Esto se agudiza cuando nos consideramos miembros de una comunidad. ¿Quién es Yo y quién es nosotros? Especialmente en una comunidad religiosa. Tratándose de una comunidad de Iniciados, podemos discutir algunas cosas generales, respecto a nuestros diversos Maestros, porque cual más cuál menos, cada uno tiene su estilo para hacer comprender a sus Discípulos, excepto cuando se trata de un Avatar único en su época. Entonces llega la competencia para ver quién es el que sigue al mejor Avatar.
Esto nos lleva a tratar de establecer quién es el que está más cerca de la Fuente Única y, cada cual se agarra del más cercano que tiene por simpatías de temperamento. Naturalmente que los avatares cambian y sus temperamentos son diferentes. Esto los hace más cercanos a la Realidad que a la Verdad, aunque si realmente son iniciados el asunto los deja sin cuidado, pero si son religiosos nuestros propósitos, encuentran en sus condiscípulos el mejor medio para descargar sus emociones.
El caso es que hay Iniciados Reales y estos son los que dan fe de la calidad de su Maestros. En el caso de los Maestros Religiosos no hay discusión posible. Sencillamente se tolera lo que aseguran que saben y punto y aparte.
Ahora bien, entre Discípulos de varios Maestros de Iniciación Real naturalmente hay preferencias, muy respetables y juiciosas que son conceptuales, acerca de tal o cual cosa, y de ahí no pasa, excepto cuando se trata de costumbres más ligadas a la tradición religiosa que a la Iniciática. Por ejemplo están los Discípulos que aunque se saben seguidores de una Nueva Era, se empeñan en seguir militando en la Era que los mantuvo, por cualquier razón, unidos. Sean de la época de Aries o de Piscis, e insisten en seguir sus costumbres, avaladas por el factor tiempo y sin admitir que los tiempos han cambiado, insisten en seguir a un Maestro Iniciado, y cuando él se va, como cuerpo humano, insisten en seguir por su cuenta con toda seriedad. Son adictos a la Realidad que dejó su señal en ellos como si fuera inmutable. Lo mejor es dejarlos que sigan su lucha, a sabiendas que están condenados al fracaso y, probablemente, encuentren simpatizantes de su era o por lo menos que tengan confianza en su sinceridad. De otro modo el desgaste en quererlos cambiar de posición es desastroso, por lo menos hasta cierto punto, dejándole al tiempo su convencimiento. Porque en todo lo que es Iniciático, quien lo Inició deja algunas reglas para la continuación de su obra, como se ha visto con la creación del Muy Honorable Cuerpo Colegiado y todo el aparato administrativo que le da apoyo.
Pero volvamos a nuestro asunto que es el de hacer comprender qué es un Iniciado Real a otro Iniciado Real, sin implicar nada de lo Sagrado, porque hay un nivel de Iniciación Sagrada y Real que solamente comprenden lo que se mueven entre los aspectos superiores de la Realidad y de la Verdad, es decir, los Iniciados en lo Sagrado y en lo Real. De Gurú hacia arriba, aparte de que hay algunos, especialmente en los primeros pasos entre Era y Era que tienen sus Maestros de Alto Rango Espiritual.
Un Iniciado Real lo es hasta el Grado de Gelong, utilizando las denominaciones de las Escuelas de Yoga. Del grado de Gurú, y los más adelantados, Sat Chellah y Sat Arhat, se consideran Iniciados Sagrados y Reales como se les indica al entregarles su Grado ya en público. ¿En qué se diferencian de los que no lo son? Hay varias cosas. Una de ellas es que les cuesta hablar de lo Divino, porque se han dado cuenta que lo divino es innombrable, solo en público lo dicen, a sabiendas de que no lo podrían razonar coherentemente, porque lo Divino es una parte de su comprensión universal, en la cual, ellos mismos están incluidos.
Un Iniciado habla de que está Iniciado en una búsqueda, y en esa búsqueda está implicado un Maestro, que generalmente es el suyo, o el que les haya dejado su Maestro para continuar la búsqueda; un Maestro que responde por ellos y puede valorar sus aciertos o desaciertos en la Línea, en el Linaje, que entre ambos siguen. Un Maestro que en sí mismo es una línea a seguir, no exactamente la de ellos, pero sí un punto de referencia relativo, medible, en el largo camino que les toca recorrer, un Maestro que representa a su propio Maestro en cuanto a su Linaje y, quien a su vez quedará en representación de su Maestro. En fin, esta es la Línea de Primogenitura que se atribuye a los Maestros con Linaje.
Un Discípulo de Iniciación Real a lo largo de una trayectoria, donde sus Grados Iniciáticos se miden en relación con su comprensión de la Vida como Fraternidad Universal, y su pensamiento universal no excluye a nadie, pero su propia vida se estimula por las vivencias que hacen descubrir las contrapartes oscuras de la vida que le falta vivir, para superar las etapas que le falta realizar para conocer otras más elevadas, muestra su respeto a todas las concepciones de la Realidad, donde todo lo que se vive es cierto, aunque esté equivocado desde su propio punto de vista, puesto que si puede decirse es cierto, según lo aseguró el Hermano Mayor frente a la incredulidad de sus Discípulos.
Sat Arhat José Marcelli Noli
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lunes, noviembre 03, 2008
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