sábado, octubre 25, 2008

Cartas 175

Los Grados de Iniciación Real se hacen caminando.

Antes de comenzar a caminar se disfruta de la Fraternidad Universal, compartiendo experiencias, almorzando juntos, oyendo a los Maestros y haciéndoles preguntas. Se oyen cuestiones interesantes, sin comprometerse con nadie. Hay quienes se pasan toda la vida en la fraternidad sin estar inquietos con los Grados. Para ellos y ellas es suficiente. Y les queda tiempo para todo lo demás.

Hay quienes muestran interés en los asuntos espirituales y tratan de entender qué es el Ser y su naturaleza Humana y literalmente nadan en aguas profundas. Otros simplemente se interesan en el proceso histórico de todos los Seres, en general, y se dedican a estudiar algunos rudimentos y lo demás se lo dejan a Dios, o cualquiera de sus representantes sobre la tierra y se dan por satisfechos con los asuntos de la Fe, del misticismo profesional y de sus múltiples propuestas. Hay quienes tienen inquietudes sobre el destino del género humano y se dedican a hurgar en lo grande, en lo cósmico, sobre la relaciones entre las estrellas y los Hombres y se pasan gran parte de su vida insistiendo en encontrar las relaciones correctas. Hay a quienes se les facilitan los asuntos físicos, directos, que tienen relación con sus propios medios materiales de acción, de superar los procesos materiales, atenuarlos o intensificarlos de acuerdos con sus propias necesidades, y descubren en esos campos infinidad de respuestas, al grado de integrase y superarlos, con el Hatha Yoga, y demás caminos propuestos, como Karma Yoga, Gnana Yoga, Bakthi Yoga o Raja Yoga, y una gran cantidad de variantes, sin ocuparse propiamente de la Artes Marciales del Antiguo Oriente, que constituyen un ancho camino con sus propios medios y Jerarquías.

Prácticamente, todo es posible dentro de la Gran Fraternidad Universal, a menos que uno se aficione demasiado por alguna de sus propuestas, porque entonces necesita una preparación especial para poder ahondar en ella. Lo primero que se necesita es estar dispuesto a renunciar a algunas pequeñas cosas con el objeto de entender mejor lo que se pretende entender, como el uso del tabaco, el café y, si es posible, la carne, todo como una prueba de interés en lo que se piensa hacer.

En los grupos de Yamines – que así se les llama – se da información general sobre el proyecto de la Gran Fraternidad Universal, que busca elevar la conciencia hacia un centro que es común a todas las posibilidades de una conciencia, y que es aplicable científicamente a lo espiritual, entendido lo espiritual como una síntesis que engloba al todo con el Todo, o sea, a lo particular y espacial, con lo que pertenece al tiempo en cualquier momento histórico, a la unidad original expresada en un sinnúmero de formas que forman las corrientes de la realidad. A la unidad expresada en Diversidad, a lo Universal.

Esto, aparentemente, es anticientífico, ya que en la Realidad cada cosa ocupa un lugar en el espacio dentro de un tiempo en existencia. Inclusive, nosotros, los Seres Humanos, para comenzar. Esto es el ideal de los místicos, que se saltan a lo torero, todas las limitaciones y lo dejan todo en manos de Dios para cuando uno muera, o deje de tener una forma que ocupe un lugar en el espacio y existencia en el tiempo. Ese es el plano de lo espiritual, donde nada tiene una forma en espacio ni una existencia en el tiempo. Y una vez que un individuo llega a convencerse, sin ayuda de la Fe naturalmente, que en el plano espiritual todo tiene unidad y su manifestación es un conjunto de conjuntos de partículas en la diversidad, se le da la oportunidad de comprobarlo.

Hasta ahí llega el Grupo de Yamines. Si comprueba que en adelante hay que cambiar de esquemas para intentarlo no hay problemas. El aspirante a la Iniciación que queda donde estaba, en la Gran Fraternidad Universal sabe que el ensayo valió la pena. Si por el contrario, el aspirante a la Iniciación ve un nuevo camino abierto para su conciencia, tampoco hay problema, tiene que esperar a ser invitado al pre-grado de Medio Gegnián para recibir su Iniciación con una primera clave que lo hará meditar en el costo de la Iniciación como medio de servicio.

Si durante los dos o tres años de su etapa de Medio Gegnián cumple los requerimientos de su pre-grado, otra etapa de más de dos años lo puede acercar al Primer Grado de Iniciación, ya dotado de un principio de identidad que le da derecho a promover lo que ha descubierto dentro de los límites de la localidad donde ha realizado su trabajo como Gegnián.

Por eso dije al principio que los Grados se hacen sobre la marcha o se estancan debido a las posibilidades o reticencias del propio individuo, pero siempre con el mismo sentido de dar lo que se tiene a cambio de ser asistido por alguien que camina más adelante y puede darnos, sobre el camino, lo que nos falta.

Nadie está obligado a darnos nada para recibir algo de nuestra parte. Son Grados compartidos, si los sabemos compartir. Así se mueve toda la Fraternidad. Si alguien avanza es porque avanzamos todos. Si alguien se retrasa, otros lo rebasan. No hay ninguna prioridad. Se recibe y se da. A quien más da, más recibe. Y el que va adelante cuando da algo es porque recibe algo de lo que ya tiene y lo recibe de alguien que también lo tiene y lo único que hace es reafirmarse en él.

El que va delante de un Getuls, el Primer Grado de Iniciación, es naturalmente un Gag Pa un segundo grado, que al reconocer a un primer grado, o por lo menos proponerlo para un grado igual al de él se siente reconfortado y reafirmado para seguir su sendero. Y lo mismo sucede con el que ostenta el Grado de Gap Pa que fortalece a los Gelong que lo reconocen porque hace lo mismo que ellos y trabaja en diferentes países. Y así hasta Gelong, ya que los que siguen son Grados de Iniciación Sagrada y Real, por eso se les indica a los Gelong, cuando se les reconoce el Grado en público para que den el siguiente paso, el paso de lo Relativo a lo Sagrado.

Ya los siguientes Grados son mundiales. El que alcanza el nivel de Gurú tiene que ser reconocido por un Sat Chellah que reconoce en él a un Ser con sentido de lo Cósmico, con Conciencia Cósmica, y viaja por todo el mundo, sin detenerse en los lugares donde la Gran Fraternidad ha prosperado lo suficiente para no requerir su ayuda. A un Sat Chellah lo necesita reconocer, positiva o negativamente, un Sat Arhat que supone que su Conciencia es Absoluta. No hay nada ficticio o figurado en la Iniciación Sagrada y Real. Los Grados se hacen participando en todo lo que requiere la Sagrada Tradición Iniciática Real, porque implica una realización de cada uno en diversos estadios y ninguno queda olvidado por notables que sean sus actos.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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