sábado, octubre 25, 2008

Cartas 174

Como todas las cosas de este mundo, nuestra Institución está formada por dos partes, una humana y otra espiritual. La parte Humana tiene un aspecto objetivo y otro subjetivo. La parte objetiva es material, la parte subjetiva es espiritual. La parte espiritual tiene también su parte objetiva en su presencia material, que se une con la mental, y una parte espiritual que une lo que es propiamente material con el resto del conjunto.

En su parte material, nuestra Institución está formada por elementos humanos, con todas las consecuencias de tal condición. En su aspecto subjetivo, es decir lo que considera que el todo está en todo, ya sea que lo consideremos en aspectos aislados que se van elevando hasta coincidir en un centro común, como materia, energía, mente y espíritu comunes, o que lo consideremos implícitos, es decir, en su Ser. Si los tomamos aislados a unos de otros, pues resulta que en la materia se encuentra la energía, en la energía la mente y todos aparecen, o reaparecen, en su condición espiritual. Lo que considera uno y diverso, a la vez, Universal. El todo en todo, el único.

Para estudiar al Todo y comprenderlo mejor, lo aislamos, así estudiamos la materia con sus propias leyes y consecuencias; la energía como la mente de igual manera, y de todos modos, resulta que todo está en todo y sigue siendo único, aún con diversas Leyes aplicables para los diferentes conjuntos de conjuntos. Por ejemplo, la materia, si la estudiamos como materia, independiente de la energía, obtenemos resultados materiales, sin desligarlos de lo estrictamente energético y de todo lo demás. Así que es más práctico estudiarlo como unidad en diversidad, como conjunto. Lo mismo si se trata de algo solamente material, o energético, y aún en todos los demás aspectos, que involucran el ser una Institución Uni-Versal.

Saco esto a colación tratando de adquirir una forma de actuar con un tipo de pensamiento universal, o universalista, de cualquier aspecto de la realidad. Ser miembros de una Fraternidad Universal nos requiere que actuemos con este tipo de pensamiento. Nada está ajeno a nada, ni en lo estrictamente material, en lo estrictamente energético, mental o espiritual.

Esto es una premisa para ser miembro de La Gran Fraternidad Universal, fundada por el llamado, por nosotros, Muy Sublime Maestre Avatar, como prototipo de la Institución de la cual nos hacemos solidarios. De cualquier otro modo nos hacemos solidarios de movimientos que tienen un propósito limitado a lo científico, lo militar, lo político o lo sectario, espiritual, basado en la Fe.

Si nos proponemos comenzar a darle vida al proyecto universalista del Maestre tenemos que ser congruentes, o dedicarnos a una lucha individual como la que ya estamos empeñados, donde cargamos con todos las experiencias, o, los cual es peor, subrepticiamente lo tratamos de imponer, sin declararlo abiertamente, como en el caso de los problemas que ha causado un dignatario nuestro en Nueva York. O nos atenemos individualmente al criterio mayoritario del grupo, o, entonces, obramos individualmente y nos atenemos a las consecuencias. En caso de hacerlo no hay problema, podemos hacerlo, pero no mezclemos las cosas y no nos declaremos víctimas. Por otra parte, con miras a saber cuáles son nuestros objetivos, dejemos opinar a los demás y, en caso de no coincidir con el grupo mayoritario, apartémonos de ese objetivo y tomemos de los muchos otros proyectos en los cuales coincidamos.
Esto, de antemano, no es fácil, pero es totalmente necesario para obtener buenos resultados. Comencemos a replantearnos el proyecto de una Gran Fraternidad Universal. Hay una parte para todos, seamos materialistas, artistas, científicos o espiritualistas, donde todos podemos proponer de acuerdo con nuestras experiencias, estando obligados a demostrar nuestras experiencias con hechos, digamos con espíritu más o menos científico. Luego, podemos ensayar la validez de lo que no sabemos, de lo que han dicho que da resultado, lo que creemos, lo espiritual.

Delimitamos así dos campos, el de la Conciencia y el de la Fe.

En el campo de la conciencia no tenemos límites que no correspondan a los hechos. Ahí podemos convivir, compartir, con variedad de gustos y de experiencias, aceptando o rechazando lo que sea de nuestro gusto o no. Cada quien en lo suyo. Así podemos ensayar la parte operativa, digamos, de la Fraternidad Universal. Para eso es la Gran Fraternidad Universal.

Ahora, todos, por lo general, tenemos aspiraciones espirituales que trascienden lo que sabemos y entran en el terreno de la Fe. La fe es lo que creemos, no lo que no sabemos. Necesitamos una preparación con base en desligarnos de lo que nos atrae. Necesitamos la formación de Yamines, como la hemos llamado, donde nos pueden dar una información general, que nos haga saber sobre lo que tenemos y lo que queremos adquirir. Sin ningún compromiso. Si consideramos que a nosotros nos sirve, después de una preparación mínima de seis meses, podemos tomar decisiones. En caso de que alguna información sobre la espiritualidad nos haya impactado especialmente, hay que pasar por un examen, y si se nos considera apto para recibir más, podemos ser invitados, eventualmente, a avanzar en nuestra preparación como Medio Gegnián, con una clave que nos facilitará realizar este nivel. Después de dos años, como mínimo, podemos ser invitados a la honorificación de Gegnián. Hasta ahí llega la Fraternidad.

Los Grados que siguen son ya de Iniciación Real, comprobada a través de hechos, bien realizados y debidamente constatados. Cada uno de ellos con claves de grado, de acuerdo con el avance de cada individuo.

Todos los grados que siguen son de Servicio a la Gran Fraternidad Universal. Ningún privilegio de prestigio, de mando o de potestad se adquiere con ellos. El hecho de sumar diez años de servicio, o de toda una vida no nos da derecho a nada, ni siquiera de dar opiniones, a menos de ser requerido para darlas.
Todo esto puede parecer un intento místico basado en el sufrimiento y la abnegación, pero no es más que la preparación para cumplir un deber de pensar con sentido Universal. Básicamente se busca el despego a las condiciones que nos atrapan en la realidad y nos impiden la liberación hasta sus últimas consecuencias en este plano de manifestación que, por cierto, no es el único. Repito, todos los Grados de la Sagrada y Real Iniciación son de Servicio a la Gran Fraternidad Universal, la cuál es la única razón de la existencia de cualquier Grado. De hecho, los pocos o los muchos años que se está en cada Grado, son exclusivamente para probar y realizar el Grado. No hay más.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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