§ Maestro, yo estoy dispuesto a emplear todo este ciclo de mi vida para saber porqué nací y porqué me tengo que morir. ¿Qué hago?
§ ¿A usted qué le gusta hacer?
§ A mi me gusta construir casas, hacer jardines, muebles, en fin, hacer cosas útiles.
§ Muy bien, comience por hacer su Devocionario.
§ ¡Hay, Maestro! No tengo vocación para místico ni para espiritero de rincón.
El Maestro se me encaró muy serio y me dijo:
§ Usted me está pidiendo que lo ayude porque no sabe qué hacer. Bueno, haga lo que le digo o busque a un maestro que le diga lo que a usted le gusta que le digan.
Hice mi Devocionario.
Ahora estoy recomendando a los Hermanos que se sienten frustrados porque no han alcanzado altos grados de Iniciación que no culpen a nadie de su descontento y que hagan su devocionario y practiquen diariamente el Antenaje, en el caso de que no puedan asistir a la Ceremonia Cósmica de un Maestro, o por lo menos, al de un Hermano de alto grado, porque he observado que la falta de autodisciplina espiritual, impide que la consciencia se eleve lo suficiente para percibir la unidad original y final de la Realidad, o sea, la unidad del macrocosmos que se refleja en los microcosmos Humanos. No basta la autodisciplina física, el servicio impersonal, la asistencia a las Escuelas de Iniciación y la meditación, se necesita también la disciplina espiritual.
El Ceremonial Cósmico es un juego mágico de alto nivel, que es solamente eso, un juego, como los juegos de los niños, que juegan para explicarse la relación que existe entre los acontecimientos que afrontan y la conciencia que les aporta su Alma, aunque no sean conscientes de lo que es su Alma, en la mayoría de los casos. El Ceremonial Cósmico no es un acto de Poder, es Mágico porque requiere Maestría y la Maestría no se descubre sólo intelectualmente o se obtiene por milagro. La Maestría es el resultado de un esfuerzo sostenido durante muchos ciclos de vida. Cuando el Ceremonial se realiza como Antenaje se recuerda lo que hacen los Maestros y subliminalmente comienza a desarrollarse la noción del paso de la consciencia sensorial, valorativa, intelectual y Mística hacia la Consciencia Trascendental. A mí me parece que el MSMA lo sugiere sabiamente cuando habla de la Potencia X que simbólicamente representa la suma de las cuatro vertientes de la Consciencia en una quinta posibilidad, quinta esencia o quinto Sol.
Tampoco se utiliza para descubrir grandes misterios, sino para darse cuenta de que el misterio está en nosotros mismos, en el Ser que somos, como reflejo del Único Ser, que es la unidad que ensaya sus infinitas posibilidades en la diversidad de la Realidad cambiante que vivimos. El hecho de mezclar símbolos abstractos con palabras no significa que se quiera despistar a los curiosos o mal intencionados, sino de crear un puente para que la consciencia, apoyada en cosas comprensibles del lado humano, transite hacia lo incomprensible de la experiencia de Ser, de Ser sin Espacio ni Tiempo, sin forma ni existencia, sin límites. Lo Humano está delimitado por ciclos de expansión y experimentación, de contracción y de síntesis, que son la vida y la muerte, pero el Ser que anima la dinámica de la vida y de la muerte es Potencial Puro, sin principio y sin fin. Las palabras no pueden definirlo, sin embargo, es experimentable para una consciencia elevada. Esta experiencia es la Gracia, la gratitud de experimentar lo eterno, aquí y ahora, en presente, en la Vida.
Al Ser no lo quema el fuego, no lo asfixia el aire, no lo ahoga el agua ni lo entierra la tierra, pero el Alma – ver el Segundo Sello del León de la Tribu de Judá – se enriquece con la consciencia sensorial, cerebro espinal; con la consciencia valorativa, moral, energética; con la consciencia intelectual, mental; y la mística espiritual, para crear gradualmente un nexo consciente entre el Ser y lo Humano, dando lugar a la experiencia y vivencia de la Iniciación en lo Sagrado y en lo Real. Por eso un auténtico Iniciado no necesita poderes, reconocimientos o grados. Sin embargo, su experiencia lo convierte en una especie de icono o punto de referencia para quienes no han alcanzado su nivel de consciencia, y eso mismo le da el privilegio, el único privilegio, de asumir la responsabilidad de colaborar con todos los Seres en todos los planos de la dimensión donde se encuentra.
Para tener oportunidad de alcanzar algún grado de maestría se necesita un modelo viviente, un Maestro. No se puede ser discípulo de maestros astrales o imaginados, sino de Maestros Vivientes, por lo menos hasta alcanzar el grado de Maestro reconocido por un Maestro, a su vez reconocido por un Maestre, y así, sucesivamente. El MSMA dijo que, por lo menos, el Maestro debe poner su mano una vez en la vida sobre la cabeza de su discípulo para darle su Darshan. En escala mucho menor, y guardando proporciones, esto es lo que hacen los Maestros cuando terminan su Ceremonial Cósmico y ofrecen una Bendición a los que los acompañan, sin que nadie esté obligado a recibirla.
La comunicación entre el Maestro y su Discípulo comienza de persona a persona:
§ ¿Por qué se viste usted así, Maestro? – le pregunté al MVHM.
§ Para que me pregunten porqué y yo pueda decirles …
Si la relación progresa la comunicación se da de persona a Ser:
§ ¿Usted puede decirme quién soy? – inquirí – y el MVHM respondió:
§ No se lo debo de decir, pero le ayudaré para que usted lo descubra …
Cuando el Discípulo es ordenado como Maestro se hace posible la comunicación de Ser a Ser:
§ Cuando usted se encuentre en una situación difícil y no sepa cómo solucionarla, piense intensa y profundamente cómo la resolvería el Maestro si estuviera en el lugar de usted y algo se le va a ocurrir – me instruyó el MVHM – pero la decisión que tome después de saberlo es responsabilidad suya – agregó.
Un Maestro siempre está abierto para cualquier persona, hombre o mujer, que quiera ser su discípulo sin ninguna formalidad especial, pero, – en mi caso – cuando alguien me pregunta cómo puede ser mi discípulo, yo le digo:
§ Observe lo que digo y lo que hago, y la forma en que vivo lo que digo y lo que hago. Si le gusta podemos trabajar juntos, porque yo tengo una misión que cumplir, que consiste en continuar la obra de mi Maestro, que es la que le encargó su Maestre. Tengo una Línea de trabajo. En ella me formé y en ella formaré a mis Discípulos.
Naturalmente, un Maestro tiene el derecho de escoger al Discípulo que debe de ocupar su lugar cuando cambia de plano. Ese es el Linaje, la Línea. No es cosa de aristocracia, sino de sentido común.
Sat Arhat José Marcelli Noli
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martes, mayo 22, 2007
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