Refinamiento, color, vida, buen humor, apertura, respeto, son los nuevos síntomas de la RedGFU por acá en el Norte de México. La fachada de la Casa Sede en Monterrey se ve ahora en color amarillo mango, intelectual, con marcos de color verde perico, sereno y comunicativo, por obra y gracia del Arquitecto Don Jesús Arroyo. Se escucha música de violines y acordeón con Maestros de la Sinfónica tocando en vivo temas populares mexicanos e internacionales, ejecutados con virtuosismo. La nueva sala que vine a inaugurar es amplia y tiene vista hacia el Metro Elevado de la Avenida Bolívar, una vista un poco cruda, pero muy real, no por la realeza aristocrática, sino por la realidad que se vive en las grandes ciudades modernas.
§ Tenemos aquí a Don José Marcelli. ¿Maestro, quiere usted decirnos algunas palabras antes de la Inauguración? – dijo Don César Ortega.
§ ¿Qué tiempo me dan?
§ El que usted guste, Maestro.
§ Eso es muy arriesgado. En fin, ustedes se lo buscaron:
Hace ya más de cuarenta años me presentaron a un Hombre con los títulos de Muy Venerable Hermano Mayor, Rector de los Colegios de Iniciación y Primer Discípulo del Muy Sublime Maestre Avatar. Yo no sabía cómo saludarlo. Él lo notó y dio un paso hacia adelante con la mano derecha extendida. – Estrada, para servirle, me dijo – Le estreché la mano y me sentí muy impresionado por su sencillez. Por razones de mi trabajo yo estaba acostumbrado a tratar desde peones de campo que habían salido de su pueblo buscando solución a su miseria o por alguna travesura de las que se arreglan a machetazos, tanto como a magnates de la industria, la banca o la política que me encargaban algunos trabajos de remodelación de sus oficinas, sus fábricas o comercios, y nunca había visto a un hombre tan impresionante y tan sencillo como el Maestro Estrada. Vestido con Capa de Templario, pelo y barbas entrecanas y largas, de modales pulcros y comedidos. Más adelante comenté este encuentro en un libro que escribí sobre mis vivencias con él, y dije que “parecía venir del pasado, de lo mejor del pasado, pero todo él estaba en el presente, en el momento que estábamos viviendo”.
§ ¿Por qué se viste usted así, Maestro? – le pregunté.
§ Para que me pregunten porqué y para que yo tenga oportunidad de decir que la Humanidad está entrando en una Nueva Era y que tiene que prepararse para vivir con más salud y conciencia. Además – agregó – para que, por donde yo pase, lo míos me reconozcan.
Confieso que esta última puntualización me caló hondo, sin explicarme porqué. Lo de la Salud y la Conciencia también se me grabó hondo. Parecía tan sencillo y tan cierto que todas mis dudas existenciales parecían ser insignificantes. Sin embargo, le pregunté:
§ ¿Piensa usted que con mejor salud y conciencia la Humanidad puede cambiar?
§ Con la salud se tiene base para adquirir paz, con la conciencia se consigue mayor seguridad y dignidad. Con la paz y el sentido de la dignidad los Seres Humanos establecen una identidad profunda entre su realidad humana cambiante y mortal y su Ser permanente y divino. Eso produce cambios notables.
§ ¿Tan sencillo es?
§ Sí. La salud se consigue con alimentación lacto ovo vegetariana, con ejercicio y con higiene; la conciencia con autodisciplina emocional, mental y espiritual. La salud y la conciencia integran al Ser Humano consigo mismo y le permiten tratar con respeto a los demás. Ese es el principio de una verdadera Fraternidad Universal que conduce a la Iniciación en lo sagrado.
§ ¿Qué es lo Sagrado? – le pregunté.
§ Lo que no tiene principio ni fin, lo que es eterno y que los hombres llaman Dios.
§ Entonces ¿Dios no tiene límites?
§ Dios no tiene límites, Dios ES.
§ ¿Qué es?
§ La Verdad que se refleja en la Realidad. La Verdad permanece, la Realidad cambia.
§ ¿Y eso que tiene que ver con nosotros, los Seres Humanos?
§ Como Seres somos Verdad, como humanos somos realidad.
§ ¿Somos dos cosas?
§ No. Somos tres cosas. Somos tres Seres distintos y un solo Ser Verdadero porque estamos hechos a imagen y semejanza de nuestro creador. Somos el Ser, en versión Hombre y en versión Mujer.
§ Eso lo he oído decir, más o menos, a los cristianos, pero los Chinos, los Indo Arios, los Musulmanes, los Judíos y otros piensan diferente.
§ Piensan lo mismo con nombres y símbolos diferentes porque la Unidad Divina, la Verdad, es siempre original en cada una de sus infinitas manifestaciones. Cada cabeza es un mundo y ni siquiera dos gotas de agua del mismo vaso son exactamente iguales.
§ Entonces ¿nunca podremos ponernos de acuerdo?
§ En la Realidad no, pero en la Verdad sí.
§ ¿Cómo?
§ Compartiendo experiencias mutuamente, sin promesas ni amenazas. Siempre podemos aprender algo de otras criaturas y ellas pueden aprender de nosotros. Para eso es la Fraternidad Universal. Las experiencias nutren al Alma y el Alma produce la Conciencia que sirve como puente a la persona que tenemos para comunicarse con el Ser que somos.
§ ¿Hay algún sistema para conseguir que esto se ponga en práctica?
§ Sí. Existe una Orden de Iniciados dedicados a inspirar a los Seres Humanos, de cualquier condición, credo, raza, sexo o clase, que se ha preparado para realizar este proyecto con el ejemplo de sus propias vidas.
§ ¿Lo cree usted posible?
§ Mi Maestre, el doctor Serge Raynaud de la Ferriere, me lo inspiró a mí y yo trato de inspirarlo a otros. Ellos lo inspirarán a los demás.
§ Maestro, como usted dice, cada cabeza es un mundo. Hay demasiados intereses creados en nuestro mundo para que ese proyecto se pueda realizar ¿Piensa usted que todos los discípulos de su Maestre piensan lo mismo que usted?
§ Naturalmente que no. Sin embargo, todo lo que salió inconsciente de la Unidad Divina volverá a ella, tarde o temprano, enriquecida con la conciencia acumulada por contraste y comparación en la diversidad de la Realidad. Ellos harán lo suyo a su modo y, finalmente, coincidiremos en la unidad. La cumbre de la montaña es una, las rutas que conducen a ella son muchas.
§ Señoras y Señores, estamos siguiendo la ruta trazada hacia la cumbre de esta Nueva Era por dos Seres excepcionales, el Maestre de la Ferriere que, entre otras muchas notables cosas fue Pintor, y del Maestro Estrada, que nos mostró el camino hacia la sabiduría de muchas formas y, entre ellas, cantando coplas de los llanos de Venezuela. Vamos a continuar su obra inaugurando una nueva Sala de esta casa dedicada a mejorar y embellecer la Vida.
Sat Arhat José Marcelli Noli
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viernes, mayo 11, 2007
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