domingo, mayo 22, 2005

Cartas, Puentes y Notas 70

La primera pregunta es ¿quiénes somos? La segunda ¿dónde estamos? La Tercera ¿hacia dónde vamos?

Las respuestas son obvias: somos Seres Humanos, estamos en la Nueva Era de Aquarius y vamos en busca de la iluminación, para terminar de una vez con todas las especulaciones sobre nuestra naturaleza, nuestra misión y nuestras dudas.

Sencillo.

Los detalles de este planteamiento son los engorrosos.

¿Qué es Ser Humano? Pues, ser lo que se es y lo que se tiene aquí, en lo humano. Y ¿Qué tenemos en lo Humano? Varios litros de agua y algunos elementos químicos que sienten por partida doble, en femenino y en masculino, se enamoran, se multiplican y se complican sus sentimientos, sus litros de agua y sus elementos químicos. Entonces, luchan abnegadamente y hacen políticas, ciencias, artes y religiones tratando de encontrar a los culpables de sus complicaciones.

Los científicos intervienen y aclaran que el Ser es solamente un conjunto de posibilidades y que lo humano es una de sus posibilidades, por acumulación de partículas químicas que, a su vez, son conjuntos de ondas que forman campos de energía que existen dentro de un orden de constantes universales que mantienen su unidad original dentro de una inconmensurable diversidad de posibilidades.

¡Ajá! Está claro.

Pero los artistas insisten en que hay que darle forma al asunto, con belleza, inspiración y trascendencia. Porque lo más valioso de los Seres Humanos son sus sentimientos, que están por encima de lo material, lo mecánico, lo teórico y hasta de lo divino, cuando lo divino se opone a nuestros sentimientos y nos hunde en el dolor, en la incomprensión, en el olvido, y nos entrega a la agonía y al éxtasis. Lo que vale es la gloria de amar y de ser amados, de hacer que los dioses se avergüencen de habernos hecho mortales, como dijeron los artistas griegos. A fin de cuentas sólo nos falta conocernos a nosotros mismos, dijeron sus filósofos. Ese es el asunto, conocernos a nosotros mismos internamente, porque lo que conocemos de nosotros mismos externamente no es muy edificante. Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses.

¡Ególatras! Exclaman los religiosos, y otras cosas más fuertes que más vale no recordar. ¿Y cómo le hacemos? ¡Humíllate, obedece! insisten, sólo después de la muerte lo sabrás. El problema es que después de muertos ¿a quién le reclamamos? De todos modos, cargamos piedras, hacemos monumentos para quedar bien con los dioses y nuestros monumentos se derrumban y se hacen polvo. Cambiamos de Dioses y hacemos más monumentos encima de los monumentos de los viejos dioses. Lo único positivo de este juego es que generamos empleos para los arqueólogos. Algunas veces, por si acaso, nos hacemos monumentos a nosotros mismos y los rellenamos con las cosas que más nos gustan y eso sirve de sustento a las clases amigas de lo ajeno, a los museos y a los turistas.

La ventaja de todo esto es que tenemos políticos y ellos todo lo arreglan con impuestos, cárceles, trámites y discursos, sobre todo con discursos. Naturalmente, no siempre entendemos sus discursos y ellos tienen que recurrir a una que otra guerra para que nos demos cuenta de lo malo que es ser belicosos y las ventajas de vivir en paz reconstruyendo lo que destruimos con las guerras.
También tenemos Iniciados Reales, con tesis, antítesis, síntesis y matesis que integran todas las experiencias científicas, artísticas, religiosas y políticas. Nos ofrecen la solución a nuestra condición de Seres Humanos aquí y ahora, con sentido común y disciplina, en una fraternidad universal y una orden de Iniciados con emblemas pequeños, medianos y grandes, según el nivel de conciencia de cada quien y su capacidad de servicio. Con ellos, resulta que todos estamos iniciados y nadie está terminado, lo cual nos da el sentido de lo eterno y de las infinitas posibilidades cuánticas del Ser y del hacer realidad las posibilidades que, en circunstancias determinadas, sirvan a nuestros propósitos. Esto nos lleva al problema de saber cuáles son nuestros propósitos y la legitimidad de nuestros propósitos en relación a los demás Seres Humanos, animales, vegetales y minerales, por no entrar todavía en consideraciones relacionadas con los Seres Cósmicos que se encuentran por encima de nuestra condición humana. Eso nos da una gran dignidad y el precio de ella es el de asumir la responsabilidad sobre nosotros mismos, sobre nuestra familia y sobre la vida universal en la medida de nuestra posibilidades. El problema con los Iniciados Reales es que nos dejan a cada uno la responsabilidad de nuestras decisiones o indecisiones. La opción que tienen para ayudarnos a asumir esta responsabilidad es la figura del Maestro. Este es el punto clave en Iniciación Real, porque hay maestros de toda clases para discípulos de todas clases y cada quien debe de elegir el suyo bajo su responsabilidad.

Sat Arhat José Marcelli Noli
www.redgfu.net/jmn

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