lunes, marzo 21, 2005

Cartas, Puentes y Notas 60

Cartas, Puentes y Notas 60

S ¿A ustedes, como Maestros ¿les dan vacaciones?
S No, pero nos las tomamos, sin ir a la playa
S ¿Cómo?
S Simplemente, cerramos nuestro negocio del corazón para abajo y lo abrimos del corazón hacia arriba
S ¿Podría darme algunos datos más precisos?
S Con todo gusto se los daré cuando el MHCC, a través HDP lo exalte para Gurú. Pero le adelantaré algo: reflexione sobre los siete chakras de los yoghis y el Cuarto Sello del León de la Tribu de Judá que dice: Dios, a través de la forma humana comienza a conocerse a sí mismo.

Dios no está limitado. Es Potencial Puro. Nuestra imaginación es la que lo limita a una o varias formas que se parecen a nuestra forma. Lo pensamos en azul, blanco, amarillo, rojo o negro; barbudo, lampiño; o delicado y femenino, de un modo noble, pero convencional. Y convencionalmente también, imaginamos que Dios se abre en dos corrientes para contrastarse, compararse y conocerse a sí mismo, del mismo modo que lo hacemos nosotros con lo femenino y lo masculino, con lo bueno y con lo malo, con los amigos y los enemigos, Etc. Por medio de esas dos corrientes la Unidad Divina genera una dinámica que produce las experiencias particulares que se asocian con núcleos similares y forman núcleos más complejos y centrados que adquieren características distintivas que constituyen la diversidad de la Unidad.

El lenguaje de la Iniciación Real es planteado por el SMA a través de la tesis, la antítesis y la síntesis, pero lo hace culminar en la Matesis. Es decir, que lo plantea por la polaridad equitativa en la síntesis y le da la solución dinámica de la Matesis, que equivale, en cierto modo, a la conciencia alerta y meditativa del Señor Krishnamurti.

Lo Divino desciende hacia lo humano y lo humano asciende hacia lo Divino. Así circula la Luz, de la inocencia hacia la conciencia. El parte-aguas es el corazón como centro del Rit, del Ritual, del Ritmo, del Amor y de la Libertad, el centro del Espíritu.
La inocencia desciende por la columna de la misericordia y la conciencia asciende por la columna de la justicia, en el sentido Ritual.

El Quinto Sello del Libro del León de Judá se enuncia con una sola palabra: Silencio, la palabra que se encuentra sobre el pórtico de las Cámaras de Alta Iniciación. ¿Qué se puede comentar sobre el Silencio? Los grandes místicos hablan de él, pero no pueden decir nada válido, porque el silencio no es la ausencia de sonidos que den significado a lo que no puede compararse con nada. Sólo cuando los místicos son, además, Iniciados en lo Sagrado y en lo Real, pueden crear puentes entre lo que puede oírse y lo inaudible. Por ejemplo:

Silencio
En el corazón de las palabras
Hay Silencio
Y más adentro
En el corazón del Silencio
Se oye en canto de la Vida
En Silencio

Sólo en el profundo Silencio (del corazón hacia arriba) se puede experimenta el sexto Sello del León de Judá, enunciado también con una sola palabra: Ser ¿ser qué? Solo Ser, ser en el Cielo, en la Tierra y en todo lugar. Ser en el instante y en la eternidad, sin dejar de estar aquí, en el Espacio, y ahora, en el Tiempo, que generan la Realidad por expansión en espiralidad centrífuga y por contracción en espiralidad centrípeta, dentro de un Plan Cósmico de Amor y de Libertad en interacción. Ser en el SER total sin dejar de ser un Ser con conciencia particular.

Ser
Es comunión
De lo humano y lo sagrado
Es vivirse en cada instante
Y descubrirse en cada imagen
De los rostros incontables
De la Vida y de la Muerte

Como Fuente y Meta de los seis Sellos se encuentra el Séptimo, más allá de los puentes de símbolos y de los convencionalismos y, sin embargo, presente y eterno en todos los Seres. El León de Judá, dice: Dios Es.

En el lenguaje de los Cosmogenetólogos (antiguos Astrólogos) cada vez que el Sol ilumina uno de los cuatro brazos de la Cruz Cósmica (Acuario, Leo, Escorpión Tauro) surge una gran cultura iniciática. De la más reciente, de la de Tauro, tenemos datos históricos entre los cuales se encuentran los de la Gran Cultura Egipcia y sus Iniciados de la Línea de Hermes, en forma de Siete principios que son válidos a la Luz de la Ciencia y de la Religión. Ahora, en Acuarius, tenemos los Siete Sellos del León de la Tribu de Judá que sin negar los anteriores, enriquecen el presente, avanzan.

Sat Arhat José Marcelli
www.redgfu.net/jmn

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