Cartas
■ En un libro de Shuré leí que los Altos Iniciados tenían que cruzar una barrera de fuego para alcanzar el más alto Grado de su Iniciación ¿es a esa barrera a la que usted se refiere cuando habla de un bautismo de fuego?
■ Si leyó usted bien a Shuré se habrá encontrado que después de la barrera de fuego se encontraba una hermosísima mujer desnuda que se ofrecía como premio al valor del Iniciado y le ofrecía una copa de vino. Si el Iniciado la rechazaba porque sus necesidades estaban por encima de sus instintos primarios y seguía su camino, al final encontraba una puerta y al llamar a ella, de acuerdo con la clave que conocía por su palabra de pase, encontraba a un grupo de Maestros vestidos de blanco que lo felicitaban y lo invitaban a entrar en su círculo. Cuando aceptaba la invitación de la dama, Shuré sugiere que disfrutaba de todos los más intensos placeres del mundo y terminaba dulcemente rendido y se dormía. Al día siguiente despertaba con un aro de acero en el cuello y una cadena. Frente a él estaba de pié un Maestro vestido de blanco que le decía que había logrado vencer las cuatro pruebas iniciales pero no había logrado superar su naturaleza humana y había confirmado que todavía era esclavo de ella, por lo tanto solamente le quedaba una alternativa: morir o ser vendido como esclavo en un país remoto. Cito de memoria a Shuré y redondeo los recuerdos con mis experiencias.
■ ¿Usted cree, realmente, eso?
■ No lo creo, lo sé, aunque las circunstancias nunca son exactamente iguales, el sentido que tienen es el mismo
■ ¿Usted vivió eso?
■ El Maestro dijo que mi graduación de Maestro sería un primero de mayo. Yo no tenía deseos de ser Maestro, pero acepté deportivamente la honrosa distinción. Practiqué Yoga en el Ashram Interno Mundial al medio día bajo el sol y al terminar comencé a tener dificultades con los ojos, Ví al oftalmólogo y diagnosticó rotura de la retina. Me hospitalizó inmediatamente. Me explicó que si lograba yo mantenerme sin movimiento las posibilidades de éxito de una operación serían mayores, inclusive si como “yogui” aceptaba que me aplicaran el mínimo de anestesia, mejor. Acepté. Durante 13 días estuve vendado y sin ver nada y sin saber si lograría volver a ver porque el doctor tuvo que viajar y sólo dejó instrucciones de que me mantuviera quieto. Yo había renunciado a todo para entonces. En esos días viví muchas cosas internamente
■ O sea que todo es subjetivo
■ No lo creo. En una ocasión, al terminar el ceremonial externo de graduación de un Gurú, cuando ya caminábamos de regreso a la Cámara, se me acercó un hombre y me dijo:
■ Ya sé lo que se necesita para ser Gurú
■ ¿Realmente lo sabe? Sí, el Maestro que acaba de ser graduado liquidó sus negocios y se metió cuatro años en un cuarto a sufrir solo antes de ser reconocido como Maestro
Puentes
El camino del cielo
Pasa por el infierno
Notas
■ ¿Qué tiene que ver este asunto con el bautismo de fuego de que habló el Señor Jesús?
■ El fuego, en Iniciación Real, tiene tres sentidos. El primero es como medio de purificación, el segundo es como medio de activación, el tercero es como medio de iluminación. Para pasar de un plano inferior a otro superior hay que pasar la prueba del fuego, para saber si se es digno de alcanzar un nivel superior. Ese es el sentido del INRI, en latín, independientemente de que se le atribuyan otros significados en varios idiomas. El Señor Jesús dijo que su Reino, su plano, no era de este mundo. Pero descendió a este plano para ayudarnos y al volver a su propio Reino tuvo que pasar por una prueba de fuego, de purificación, de activación e iluminación. Es lo mismo, guardando las proporciones, que tiene que pasar un Ser Humano que quiera tener la experiencia del Potencial Sagrado del Ser sin límites de espacio o tiempo para ser Maestro y dejar de ser, como también dijo el Señor Jesús, un ciego que trate de guiar a otros ciegos.
Sat Arhat José Marcelli
www.redgfu.net/jmn
sábado, enero 22, 2005
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