Cartas
Tenemos algo grande para dar un rumbo noble a nuestras vidas. Tenemos a la Gran Fraternidad Universal para lo que es Humano y personal, y a la Suprema Orden del Acuarius para lo que es del Ser individual y del Ser Supremo. En la Fraternidad tenemos amistades, oportunidades de compartir nuestras vivencias y medios para mantener la Paz individual y grupal por medio de autodisciplinas físicas, morales, intelectuales y místicas que nos dan salud. En la Orden enriquecemos nuestras almas con experiencias finas y elevadas que nos la Paz con la unidad divina del Ser por la Conciencia trascendente.
Lo que nos falta es quitarnos el lastre de nuestros sentimientos frustrados, los resentimientos, la Sombra, como le dicen ahora, y afrontar nuestro momento Cósmico que se refleja en el proceso histórico cotidiano. Hay que dejar de buscar culpables de lo que no nos gusta o salvadores para obtener lo que sí nos gusta. La responsabilidad es nuestra. Debemos asumir la responsabilidad. Somos individuos y estamos en el Universo. En el Ser somos unidad y en lo humano somos diversidad. Una contradicción que, no por serlo, deja de ser cierta. No podemos humillar a nadie sin humillarnos a nosotros mismos; no podemos enaltecer a nadie sin enaltecernos como individuos.
Las soluciones para nuestras vidas tenemos que ganarlas aquí y ahora, con nuestro esfuerzo, dentro de la dinámica de lo positivo y de lo negativo, superando a lo positivo y a lo negativo con un avance hacia delante y hacia arriba de ambos. No hay mal ni bien absolutos en la Realidad. Lo que para unos es bueno para otros es malo, relativamente. Las oportunidades y la buena suerte son los buenos efectos de las buenas causas que cada quien, en lo personal y en lo grupal, genera. Esa es nuestra dignidad. El destino no lo hacen para nosotros los espíritus ni los dioses, sino nosotros mismos, conciente o inconscientemente y lo mejor es que lo hagamos de acuerdo con nuestras posibilidades y necesidades.
No hay nadie a quien culpar de lo que nos sucede, sino a nuestra ignorancia y a la irresponsabilidad que trae aparejada.
Puentes
Los Maestros son puentes
Entre el Ser y lo Humano
Entre lo que puede decirse
Y lo que es indecible
Los argumentos de sus enseñanzas
Son sus propias vidas
Notas
No es fácil ser Maestro. Tampoco lo es ser Discípulo. No hay gratuidades. El Discípulo busca al Maestro para darle un rumbo a su vida y el Maestro escoge al Discípulo para continuar su obra. Entre ambos se crea un puente la Persona y el Ser, y cuando ambos se identifican profundamente el puente es de Ser a Ser, sin tiempo y sin espacio. No importa dónde se encuentre el Maestro o el Discípulo. La conciencia de los dos actúa en lo Sagrado y en lo Humano. Por eso se ha dicho que los Maestros Ascendidos continúan su obra en el mundo humano. En los altos niveles es lo mismo. Lo importante no es que alguien nos llame Maestros, sino que alguien nos reconozca como Discípulos.
Todo debe de tener su tiempo y sus circunstancias. Primero le pedimos ayuda a nuestro Padre, terrestre o celestial, y después le ofrecemos ayuda. Lo mismo sucede con el Discípulo y el Maestro. No se necesitan explicaciones misteriosas. El Gran Misterio está en nosotros mismos. No sabemos verdaderamente quiénes somos ni para qué estamos aquí. Pero la Sagrada Tradición Iniciática Real nos ofrece la posibilidad de saberlo pagando el precio por medio del servicio impersonal y la disciplina libremente consentida. Una vez que sepamos quiénes somos, entenderemos qué es lo que tenemos que hacer. Antes es necesaria la guía del Maestro, quien nos dará puntos de referencia en cada etapa de nuestro desarrollo. Finalmente el Discípulo asume toda la responsabilidad como Maestro, y continúa el Linaje de su Maestro.
El SHM nos repetía a menudo que esta vez la Sagrada Tradición Iniciatica viene para el mundo, no para pequeños grupos de privilegiados. Esto hay que reflexionarlo. Cambia todos los parámetros de los misterios de otros tiempos y nos pone frente a frente con la realidad espiritual y social de los tiempos que estamos viviendo. No hay más escondrijos en los Santuarios ni en los Ashrams para alejarnos del mundanal ruido. Hay que dar un ejemplo de imparcialidad y de servicio impersonal en favor del más alto ideal, la Gran Fraternidad Universal, señaló el SMA.
VSA José Marcelli Noli
http://www.redgfu.net/jmn
sábado, enero 22, 2005
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