Cartas
Cuando nuestra conciencia particular se fue haciendo individual dio lugar a una profunda soledad. Cuando descubrimos que éramos individuos, y que existían otros individuos parecidos a nosotros, y que cada uno tenía que vivir su vida y afrontar su muerte, nos sentimos solos entre los demás. El Instinto de Conservación nos obligaba a mantenernos juntos en torno al más fuerte del grupo para defender la vida propia con ayuda de la manada o de la tribu, pero la soledad nos atenazaba. Miramos en el entorno, levantando la cabeza hacia el cielo y observamos que los luminares del día y de la noche se movían en forma curva y continua, y aparecían por un lado del cielo y desaparecían por el lado opuesto. También observamos que las fuerzas de la Naturaleza, de la vida y de la muerte, seguían un curso parecido, con su nacimiento, crecimiento, declinación y muerte. De esa observación surgió la idea de que las fuerzas que se movían en forma curva y continua eran espíritus que gobernaban a la Naturaleza, a la vida y a la muerte. Entonces sentimos la necesidad de reverenciarlos para sobrevivir.
Así hicimos las primeras Religiones, con devoción a los espíritus de la Naturaleza, asociados con el culto a la fuerza de los animales poderosos, que parecían estar mejor dotados para sobrevivir que nosotros, como el Toro, el León y hasta el pequeño y efectivo Escorpión. Nos imaginamos que estaban en el cielo dibujados con estrellas. Más adelante agregamos figuras semihumanas y humanas, e incluimos a dioses y a diosas. Para ajustarnos a la voluntad de esos espíritus y dioses, hicimos una ciencia religiosa para estudiar nuestro destino, que se ha mantenido en pié por miles de años a pesar de las reservas de los científicos y de los religiosos con el nombre de Astrología, después con el de Cosmobiología y ahora de Cosmogenética, ya que los adelantos de la Biología, la Genética y la Astrofísica reafirman el concepto de Universo, de Unidad en Diversidad, y del Individuo Humano y la diversidad de sus Seres Celulares que trabajan con el propósito de que el individuo pueda cumplir la función de adquirir experiencias para que su alma produzca conciencia. O sea, que insistimos en ligar nuestro destino al del Universo. La Cosmogenética se fundamenta en que el Código Genético de cada individuo está repercutido en sus células, y que el Universo, como Macrocosmos, repercute su Código Genético en cada uno de los microcosmos que lo forman, entre los cuales nos encontramos los Seres Humanos. Así, gracias a la relatividad del Tiempo y del Espacio, resulta que el Tiempo macrocósmico parece más lento que el nuestro, a pesar de que es el mismo Tiempo, y nos permite observar nuestro proceso individual, microscósmico, reflejado en el proceso macrocósmico mediante la clave de la hora exacta de nuestro nacimiento, interpretada con lenguaje Horoscópico, para poder reafirmar nuestros aciertos y eliminar los errores, al margen de influencias estelares fatales, como piensan algunos adivinos.
Puentes
Tú y yo
Y el Universo
Hemos estado siempre juntos
Esperando el momento
De volver a encontrarnos.
Notas
La Cosmogenética propone la reconciliación de la Ciencia y de la Religión, lo mismo que la del Ser y de lo Humano. Esto no es un descubrimiento ni una revelación, sino algo de sentido común, como lo es, por definición, el Universo, donde la diversidad proviene de la unidad y la unidad interactúa con la diversidad y ambas tienen un sentido que les es común. Lo mismo es en el Ser Humano, donde el Ser es uno para todos y todos somos uno en el Ser. Debido a esto, resulta que la Fuente es una y cada cabeza es un mundo.
La unidad es Amor y la diversidad es Libertad. El Amor es espiralidad – espiritualidad – centrípeta y la Libertad es espiralidad centrífuga – La gran tragedia de los humanos es que nos apegamos al Amor y se nos olvida el respeto a su contraparte que es la Libertad. Eso produce las guerras santas y las guerras conyugales en nombre del amor, y también, las guerras de los Lunares y de los Solares (SMA vs. SHM) por puro amor sin libertad.
Hay quienes piensan que la contraparte del Amor es el odio. No es así. El Odio es también Amor en versión oscura. Los amantes son capaces de dar su vida por el Ser que aman, y también, son capaces de quitarle la vida en casos extremos. Lo mismo sucede con la Libertad que tiene su parte oscura en el libertinaje. Lo más cruel de todo es que el libertinaje y el odio se asocian a menudo en nombre del Amor y de la Libertad y son capaces de llegar al genocidio, como se vio en la segunda Guerra Mundial, por no hablar del maravilloso Internet que a veces se utiliza para destruir lo que más se ama en nombre de la Fraternidad Universal. La Cosmogenética, es Astrología y Cosmobiología con Sentido Común.
El destino no lo hacen los espíritus ni los dioses. El destino se lo está haciendo usted mismo. Lo que necesita es buena información para hacerlo bien. La Cosmogenética le puede ayu-dar.
S.A. José Marcelli Noli
http://www.redgfu.net/jmn
viernes, noviembre 05, 2004
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