Cartas
Conócete a ti mismo y conocerás a los Dioses. La única diferencia entre los Dioses y los hombres es que los Dioses son inmortales y los Hombres somos mortales – dijeron los Griegos
Lo importante no es ganar o perder, sino participar con honor – dijo alguien
La Iniciación Real es la Olimpiada de la Conciencia – digo yo
Cuando escribo esto me acuerdo del Olímpico Hermano Lucas Jiménez Aranda. El remoquete de olímpico se lo puse yo porque todo lo hacía con grandeza… hasta cuando cometía errores. Cuando lo conocí era alto, con una voz jupiteriana, inteligente y de talla elevada. Él me confió, en alguna de nuestras discusiones, que había nacido para algo grande, sin definir qué. Yo le tomaba el pelo, pero en el trasfondo lo admiraba. Todo lo que lográbamos, con mucho esfuerzo, le parecía pequeño y decidió hacerlo por su cuenta. En una ocasión me invitó a ir a Cartagena de Indias en Colombia. Como era alto funcionario de un ministerio lo recibieron con grupos de niños cantando, maestras de párvulos con ramos de flores y nos hospedaron en un bello lugar de la Ciudad Antigua. Ahí me explicó cómo quería que fuera la Fraternidad Universal y su Orden de Iniciados Reales. Me describió rituales dignos de un productor de obras teatrales para la calle Broadway de Nueva York con arreos parecidos a los sombreros y los zapatos de las bailarinas de los casinos de las Vegas, en Nevada. Me mantuvo fascinado un par de horas y al final me preguntó mi opinión
Eso que usted me describe es una bella opereta iniciática – le dije, con pesar – la Sagrada Tradición Iniciática Real, ciertamente es gratificante y bella, y es, también, dolorosa y fea, como la vida y la muerte. Lo mejor que puede usted hacer es seguir el ejemplo viviente que nos da el SHM, que canta y sonríe y aguanta sin quejarse cuando lo vapulean. ¿Sabe usted que en una ocasión se me encaró en la calle un getuls y me preguntó, a boca jarro, porqué me oponía a que crucificaran al SHM? Yo me sobresalté y me puse bravo y le dije que donde pusiera un clavo me iba a encontrar a mí. El hombre se batió en retirada diciendo: ¿no ve que si lo crucificamos lo hacemos un cristo? La pasión es capaz de hacer parodias grotescas
Lucas, el Olímpico decidió seguir por su cuenta e hizo su propia línea de Convergencia Internacional de la Nueva Era. Fracasó, pero tuvo el valor de reconocerlo y entregó su Emblema de Gelong y pidió ayuda. Lo degradaron y lo mandaron a comenzar de nuevo como Yamín. Lo hizo y repasó todos las honorificaciones y Grados con humildad hasta que, en la Ciudadela de Machu Picchu, al final de un Amarre de Sol los Gelong le restituyeron su grado. Él era un Atleta Olímpico de la Iniciación.
Notas
¿Porqué dice usted ¡santo! ¡santo! ¡santo! durante el ceremonial cósmico? ¿tiene algo que ver la santidad con la Iniciación Real?
La Iniciación Real es la síntesis de la Ciencia y de la Religión. Lo santo es lo sagrado, lo oculto del Ser. El Ser es sagrado porque es potencial puro, sin comienzo y sin fin, que se manifiesta como forma en Espacio y existencia en Tiempo Este es un modo de plantear lo santo, como hipótesis, desde un punto de vista científico. Desde el ángulo religioso, lo santo es lo divino que se manifiesta como virtud. Para el Iniciado Real es santo arriba, santo en medio y santo abajo, porque todo viene del potencial puro del Ser. A partir de estos intentos de definición de lo santo, hay multitud de significados atribuidos a lo santo. Por ejemplo, una vez le contaron al SHM la anécdota de un hombre santo que estaba meditando a las orillas del Río Ganges y sintió que una vida estaba en peligro. Miró en derredor y vio a un escorpión que se estaba ahogando en un charco, cerca de él. Metió la mano al agua y lo sacó. El escorpión lo picó. El hombre santo se aguantó y siguió meditando hasta que volvió a sentir que una vida estaba en peligro. Era el mismo escorpión. Volvió a meter la mano al agua y sacó al escorpión y el escorpión lo volvió a picar. Así siguió el juego hasta que un discípulo preguntó: ¿porqué insiste usted en salvar a este ingrato animal? Porque mi ley es salvar y la de él es picar, respondió – ¿Verdad. Maestro que ese hombre era un Iniciado Real? El SHM se rascó un poco la cabeza y dijo que ese hombre era un santo, no un iniciado. Porque un Iniciado sabe cómo son los escorpiones y en un caso así los saca del agua con una rama y los pone donde no esté molestando. Bueno, hay quienes llaman santos a los ashrams y hay quienes los llaman Centros de Desarrollo Humano, Educación Ambiental y Trascendental. Está bien, todo viene de lo santo y regresa a lo santo. La única diferencia es que sale ignorante y regresa consciente.
VSA José marceli Noli
http://www.redgfu.net/jmn
domingo, agosto 29, 2004
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