Ser Iniciados Reales es ser Seres Humanos actualizados y equitativos. Actualizados porque necesitamos sintetizar el esfuerzo de la diversidad humana en la unidad de nuestro Ser. Equitativos porque la realidad humana parte de un proceso polarizado que la dinamiza y la hace evolucionar a través de aciertos y de errores que deben de resolverse en avances del alma y la conciencia. Es inútil tratar de mantenerse observando el pasado o soñando en el porvenir. Hay que vivir a fondo el presente y extraer de él la información que necesitamos para saber lo esencial de nosotros mismos. El pasado ya no existe, ahora es presente; el futuro tampoco existe, se está fraguando ahora, en el presente. El presente es el centro del Tiempo.
El pasado nos da el conjunto de experiencias que, en síntesis, son ahora nuestra alma, y el alma nos da la conciencia que caracteriza nuestro presente, el cual nos da base para habilitar el futuro. Como Iniciados necesitamos entender que no son los espíritus, los dioses, el absoluto o el apego a un personaje el que nos hace nuestro destino, sino que participamos en un proceso universal que ha llegado al punto en que nos puede permitir, como individuos, actuar sobre las causas y los efectos que determinan la dirección del proceso, sin desvirtuar las leyes que permiten que exista, apoyando nuestra necesidad en el Plan Cósmico que configuran esas leyes.
Como ya no existe el pasado, no podemos cambiarlo, ya está determinado. En cuanto a nuestro futuro, podemos fraguarlo en el presente, dentro de los lineamientos que nos marca el Plan de la Vida. Tenemos que tomar la responsabilidad sobre nuestra vida y sobre las vidas que se relacionan de un modo o de otro con la nuestra. La responsabilidad exige conciencia y la conciencia individual exige disciplinas libremente aceptadas. Este es el sistema que fundamenta y da razón de ser a la RedGFU. La corta historia de la Institución, dentro de la Nueva Era, es bastante clara al respecto, como Fraternidad y como Orden, y lo mismo cuenta para los movimientos que afirman su identidad como participantes de la Sagrada Tradición Iniciática Real. De otro modo simplemente se constituyen grupos religiosos que no asumen la responsabilidad individual y la endosan a su líder, al inspirador de su movimiento o a los recuerdos de algún pasado glorioso o de un futuro imaginado como prometedor, es decir, a nada real ni trascendental.
La Sagrada tradición Iniciática Real es la suma de los esfuerzos que hacen la ciencia y la religión para darle sentido y razón de ser a la vida. La religión, con términos muy idealistas y vagos sugiere que todo se resolverá con la muerte inevitable de lo humano para disfrutar la eternidad del Ser. La ciencia, con términos precisos trata de resol-ver los problemas de lo Humano para que el potencial del Ser se manifieste cada vez mejor en lo humano y el Ser Humano tenga conciencia de sí mismo y decida su for-ma de vivir. La Sagrada Tradición Iniciática Real se fundamenta en lo universal, con el Alma como mediador plástico entre el Ser y lo Humano, en el Ser como unidad y en lo Humano como diversidad.
Esta unión de la Ciencia y de la Religión se ha puesto en práctica desde que la conciencia se individualizo y nos obligó a buscar nuestra relación con todo lo demás, primero a través de los espíritus, luego de los dioses y finalmente en el Dios Único, lo cual nos elevó hasta la dignidad de ser partícipes de la unidad sin dejar de estar en la diversidad donde cada individuo es un microcosmo que interactúa con el macrocosmo y recibe vida y da conciencia a cambio. Por eso dice el Cuarto Sello del Libro del León de Judá que Dios, a través de la forma humana se está conociendo a sí mis-mo, a lo cual hay que agregar que lo humano se esta justificando en Dios, en Su Potencial Puro sin principio y si fin.
martes, julio 13, 2004
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