miércoles, julio 21, 2004

Carta a los Discípulos 87

Después de disfrutar de la compañía del MR. Vasco y del R. Lulú cruzamos La Campaña Romana en el Camper del R. Walter Reali y dimos una vuelta por Roma en compañía de Luca para abordar el avión hacia Barcelona. Ahí se nos actualizó el asunto del Forum Barcelona 2004 sobre todo porque veníamos de nuestro Coplanet Italia 2004. Como tenemos la experiencia de catorce eventos mundiales y sabemos, además, que la crítica es fácil y el Arte es difícil, habiendo pasado por lo difícil, ahora nos tomamos unas vacaciones en lo fácil, que es la crítica.
 
Lo primero que tengo que aclarar es que no estoy molesto porque no me invitaron. La verdad es que no está ahí mi lugar. Por otra parte, después de participar en más de una docena de eventos más modestos, del mismo tipo, mis expectativas estaban satisfechas y hay otras cosas que hacer. Tengo que reconocer que el Forum, sintetizado en la revista que lo promueve, se ve grandioso, lo cual, para comenzar, ya da pié a los críticos para calificarlo de elitista, y eso es lo de menos, porque un evento de esta magnitud siempre está por encima del alcance de muchos que piensan en pequeño, y por debajo de las exigencias de los que piensan en grande y no hacen nada, por lo menos en pequeño.
 
De sus tres enunciados básicos se puede decir, desde el punto de vista de la Tradición Iniciática, que el Desarrollo Sostenible en la cultura no es un negocio rentable desde el punto de vista lucrativo y es, sin embargo, una buena inversión para que los negocios lucrativos progresen y no se empantanen en dilemas como los desplomes por sobreproducción o desempleo por subproducción, y muchos otros, como destrucción de alimentos para evitar la caída de los precios mientras hay Seres Humanos que mueren de hambre. El desarrollo sostenible requiere de cultura integrada o integral, para no crear elites exquisitas de parásitos ni masas de pobreza ineficiente. El problema del Desarrollo sostenible es el de la equidad por la cultura.
El segundo enunciado, la Diversidad Cultural necesita reflexión. No es un asunto sentimental el de respetar la forma en que cada quien quiera vivir su vida, sino que es cuestión de darle una dirección, con puntos de referencia vivientes o, por lo menos, funcionales, para que todos seamos participativos en derechos y en obligaciones. Si alguien quiere vivir al estilo de la edad media, por ejemplo, lo menos que necesita es respetar los derechos de quienes quieren vivir actualizados en información, salud y colaboración para el proyecto social en el que vive ahora. Las teorías pueden elaborarse con preciosismo, pero los hechos bien hechos son los más estimulantes y confiables. Naturalmente que los que son excepcionalmente dotados, deben de usar sus dotes para inspirar a los menos dotados, sobre todo en nuestro tiempos en que las máquinas automáticas están ocupando los puestos que antes ocuparon los esclavos. Un buen barrendero es tan digno y necesario como un buen líder político, independientemente de que la responsabilidad de uno y de otro sea diferente. A mayor altura mayor responsabilidad ¿para qué? para tener derecho a mayor libertad, pues ningún irresponsable puede ser libre porque crea confusión y caos. La responsabilidad no es cuestión de credo, clase, sexo o raza, es cuestión de cultura y de sentido común, es decir de universalidad cultural, de unidad por amor y por respeto a la libertad, tal como lo indica la Naturaleza en el Universo y en el Individuo.
 
El tercer enunciado del Forum Barcelona 2004 se refiere al traído y llevado asunto de Las Condiciones Para La Paz. Y aquí aparece otra vez la necesidad de reflexionar sobre la cultura por encima de los intereses políticos, económicos o religiosos, porque la cultura no es un modo de condicionamiento para servir a intereses establecidos o por establecerse, sino que es para asumir responsabilidad, primero sobre sí mismo, responsabilidad sobre los billones de seres vivientes celulares que trabajan a tiempo completo para que nosotros existamos y adquiramos cultura para optimizar nuestra vida; como responsabilidad sobre nuestra familia y sobre la humanidad en la medida de nuestras posibilidades. Alimentación, ejercicio e higiene son los elementos básicos para la paz, porque la salud corporal, emocional y mental es la base para la Paz. A partir de esta Paz elemental hay que adquirir cultura para que la conciencia sensorial, moral, intelectual y mística, avance hacia la conciencia de unidad que es la que da acceso a la Paz en sentido universal sin perder la identidad individual.
 
En suma, la crítica es fácil y el arte es difícil. Pero no nos hemos desentendido del arte. El actual Comité Coplanetario esta trabajando para hacer el próximo Encuentro Mundial en los Estados Unidos de Norteamérica y ya cuenta con el apoyo moral de la Hermandad de una de las principales ciudades de ese país. Pero es seguro que cuenta con el apoyo efectivo que siempre le ha dado la Hermandad Mundial. 

 www.redgfu.net/jmn

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